La Veintitrés Manizales informa desde Bogotá que las mínimas llegaron a 6,8 °C en zonas del norte y occidente durante las últimas semanas de octubre, cifra que el Ideam atribuye a la conjunción de humedad elevada, nubosidad continua y menor radiación solar dentro del segundo periodo de lluvias. La entidad aclara que no se trata de una ola polar y que estos descensos se enmarcan en la dinámica normal de la temporada climática.
El meteorólogo José David Garavito Mahecha, del Ideam, explica que el descenso se observa principalmente en Bogotá y se acompaña de registros más bajos en municipios de la sabana como Chía, Zipaquirá, La Calera y Usme. Señala que la causa es la interacción de humedad elevada y una capa densa de nubes que reduce la radiación diurna, mientras la humedad facilita la pérdida de calor por la noche; estas condiciones forman parte del segundo periodo de lluvias, que comprende octubre a diciembre. Se indica, además, que el valor mínimo histórico citado para este periodo es de 3 °C, lo que señala variaciones dentro de lo normal por la temporada.
Frío nocturno y nubosidad persistente marcan la temporada
Antecedentes: la temporada de lluvias corresponde al segundo periodo húmedo del año; el patrón de humedad y nubosidad tiende a incrementarse en esta época, y por ello la noticia cobra relevancia como seguimiento de la dinámica climática. La persistencia de las lluvias y la nubosidad ha llevado a registrar bajas temperaturas, lo que podría afectar a cultivos en zonas expuestas y a personas sensibles al frío, especialmente en áreas rurales o abiertas. El Ideam recomienda tomar precauciones como abrigarse adecuadamente al amanecer y evitar exposiciones prolongadas al aire frío, manteniéndose informado a través de reportes oficiales.
«La entidad aclara que el descenso no debe asociarse con la ola polar ni otros términos no apropiados; las bajas temperaturas obedecen a la dinámica atmosférica normal para esta temporada.»
En el corto plazo, el Ideam señala una alternancia entre jornadas nubladas, lluvias esporádicas y amaneceres fríos, con la posibilidad de una ligera recuperación térmica en noviembre por una reducción de nubosidad y mayor radiación solar. Se mantiene la posibilidad de heladas en noches despejadas con alta humedad, sobre todo en las zonas rurales o abiertas de la sabana, como Chía, Zipaquirá, La Calera y Usme. La población debe abrigarse y mantenerse informada para evitar afectaciones en la vida diaria y en la agricultura.
















