Desde Bogotá para La Veintitrés Manizales, la ciudad enfrenta un aumento notable en los robos de bicicletas durante 2025, con una proyección anual que supera las 7.500 unidades y un promedio diario de 21 hurtos, según datos oficiales de la Fiscalía General de la Nación y la Dirección Seccional de Bogotá. Entre enero y principios de septiembre se han registrado al menos 5.000 casos, mientras las localidades Suba, Engativá y Kennedy concentran la mayor incidencia; históricamente Bosa también figura como foco relevante. Todo ello se enmarca en un contexto de crecimiento de los hurtos que ha generado preocupación entre ciclistas y autoridades.
La concejala Quena Ribadeneira ha destacado que estas cifras deben entenderse como la realidad de las personas; la violencia contra ciclistas no puede tolerarse. A partir de los informes oficiales, que incluyen el documento Respuesta Orfeo 20250010189165 y la respuesta a un derecho de petición sobre denuncias mes a mes desde 2019 hasta el 5 de septiembre de 2025, se identifica un incremento interanual de 7,3% respecto al año anterior. Durante el periodo de enero a principios de septiembre de 2025, Suba reporta 771 denuncias, Engativá 703 y Kennedy 700, mientras que la proyección de la ciudad supera los 7.500 robos anuales; el promedio diario se mantiene en 21.
La seguridad de las ciclovías y las respuestas institucionales frente al incremento de hurtos
Los datos históricos por zona muestran que, en 2019, Kennedy tuvo 1.060 denuncias; Suba, 960; Engativá, 975; Bosa, 527. En 2020, Kennedy alcanzó 1.497; Engativá 1.257; Suba 1.138; Bosa 805. En 2021, Kennedy registró 1.152; Engativá 987; Suba 828; Bosa 730. Aunque estas series variaron, el patrón de vulnerabilidad persiste en Kennedy, Suba, Engativá y Bosa y se ha visto intensificado en 2025, según la Fiscalía.
La Fiscalía advierte que las cifras son dinámicas y podrían modificarse con nuevas denuncias o correcciones; la base de datos no permite identificar a las víctimas por género. En cuanto a respuestas operativas, se proponen medidas como mayor presencia policial en las ciclorrutas, más gestores de seguridad y guías de ciclorrutas, cámaras de seguridad y una mayor presencia en comercios que venden partes robadas de bicicletas, así como un refuerzo en la denuncia y el monitoreo periódico.
«Estas no son simples estadísticas. Detrás de cada bicicleta robada hay una persona afectada, un ciudadano que teme salir a trabajar o estudiar en su medio de transporte. Y lo más grave: están matando a nuestros ciclistas por robarles la bicicleta», advirtió Ribadeneira.
El debate se intensifica ante el asesinato de Alejandro Ladino en Engativá durante la última semana de octubre, un hecho que ha reavivado la discusión sobre la seguridad de las ciclorrutas y la necesidad de respuestas inmediatas para proteger a quienes eligen la bicicleta como medio de transporte en Bogotá. En paralelo, las autoridades señalan que las medidas planteadas buscan frenar la tendencia, reducir el riesgo para los ciclistas y recuperar la confianza de la población en la seguridad de las vías urbanas.

















