En una entrevista publicada por Infobae Colombia, Nicolás Escobar Urquijo, hijo de Roberto Escobar “El Osito” y sobrino de Pablo Escobar, afirmó que el capo financiéó la toma del Palacio de Justicia de 1985, entregando dinero y armamento al M-19 para la operación. El relato sitúa los hechos entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985 en el Palacio de Justicia, en Bogotá, y sostiene que la financiación habría incluido instrucciones para quemar expedientes destinados a evitar la extradición. Sus declaraciones llegan a la luz pública como un testimonio de un familiar cercano al cartel de Medellín que pretende arrojar luz sobre vínculos entre el crimen organizado y episodios de violencia política, en un contexto periodístico marcado por la revisión de casos históricos.
Según su versión, el M-19 buscaba enjuiciar al presidente Belisario Betancur por incumplimiento de los acuerdos de paz, y, en ese marco, Nicolás Escobar Urquijo sostiene que Pablo Escobar aportó recursos para apoyar la operación. Asegura que hubo señalamientos de que el dinero podría haber llegado incluso al propio presidente en funciones, pero sostiene que, en aquel momento, Pablo estaba en prisión y que no hubo quien recibiera dinero, apuntando a críticas previas del periodista “Popeye” como parte de la discusión. Urquijo afirma que, tras la negociación y la intención de ayudar a los insurgentes ante la percepción de desventajas, Pablo accedió a colaborar con armamento y recursos, y que pidió que se quemaran expedientes para la extradición.
El relato también aborda una dimensión simbólica, al afirmar que no se trató de una orden para asesinar a magistrados, sino de una dinámica compleja entre el M-19 y las decisiones estatales, con referencias a episodios como el caso Diana Turbay y la violencia política que rodeó esos años. El entrevistado sostiene que la violencia dejó una lectura de que el poder podía ser ejercido desde distintos frentes y que la primera toma dejó un precedente, similar a otros episodios que, sostiene, se vinculan con el alcance y las acciones del DAS y del Estado en aquellas fechas.
Contexto y repercusión del testimonio
Antecedentes: la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19, ocurrida entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985, fue un intento del grupo insurgente por exigir respuestas del gobierno de Belisario Betancur frente a incumplimientos de acuerdos de paz. Relevancia actual: la aparición de un familiar del cartel de Medellín planteando financiamiento directo al M-19 devuelve a la escena pública una versión que, si bien no verificada de forma independiente, aporta un ángulo para entender la interacción entre actores armados y estructuras políticas de la época. Impacto: la toma dejó más de 100 personas asesinadas y generó complejas narrativas sobre responsabilidad, coerción y seguridad, además de reconfigurar la memoria histórica respecto a las relaciones entre el crimen organizado y el Estado.
«Nunca se pensó que iba a terminar así. Pablo nunca pensó que iba a terminar de esa manera» – Nicolás Escobar Urquijo, sobrino de Pablo Escobar
«Dicen que le entregó plata hasta al presidente actual, a Petro, pero nunca recibió nada. Es más, en ese momento estaba en la cárcel, era imposible que recibiera dinero, como dijo ”Popeye», no es que yo quiera defender, porque a mí la política no me interesa, pero yo sé que no fue así» – Nicolás Escobar Urquijo, sobrino de Pablo Escobar
«Ellos secuestraban porque no tenían dinero, entonces Pablo comenzó a darles dinero, ahí le dieron la noticia de la toma y él accede a colaborarles con armamento y dinero. Pablo pide que quemen los expedientes para la extradición» – Nicolás Escobar Urquijo, sobrino de Pablo Escobar
«Era algo simbólico, ellos sabían que había más copias de los expedientes, pero Pablo quería dejar el mensaje. Él no pidió asesinar a ningún magistrado, todo eso no fue solo del M-19, también por el Estado, a nosotros nos pasó con Diana Turbay, la asesinaron en un helicóptero cuando en realidad la podían rescatar» – Nicolás Escobar Urquijo, sobrino de Pablo Escobar
«Entraron y mataron a muchos, torturaron a muchos. También, en el intento del M-19, que nunca pensó en el giro, siempre pensó en negociar y salir ganador, todo eso generó las llamadas desesperadas. Pablo decía, sin reconocer su parte, que el responsable de la masacre era del presidente» – Nicolás Escobar Urquijo, sobrino de Pablo Escobar
«En esa primera toma se dejó un precedente, lo mismo que con la espada, que terminó en los juguetes de nosotros, ellos tenían afinidad con Pablo… Lo primero era decir que se salió de las manos. La segunda, Pablo sabía como ejercía el poder el DAS, él sabía que esos que salían no iban a volver a su casa» – Nicolás Escobar Urquijo, sobrino de Pablo Escobar
Con estas declaraciones, Infobae Colombia da continuidad a una entrevista que, según el entrevistado, está abierta al debate y a la investigación de su versión, consciente de que existen otras versiones sobre la toma. La cobertura cuenta con el respaldo de Colprensa y EFE, y la nota destaca que el relato se presenta como testimonio de una persona cercana al cartel de Medellín, que intenta situar su versión de los hechos en el marco de un proceso histórico controvertido. En su propio análisis, Urquijo señala que la historia no tiene una verdad única y que cada quien defiende su versión, aspecto que, afirmó, él está dispuesto a debatir con cualquiera que quiera dialogar sobre lo vivido.















