En una nueva señal de los rezagos en la seguridad de Bogotá, la concejala Diana Diago denunció que la URI de Reacción Inmediata destinada a la seguridad de la localidad de Tunjuelito, prometida para junio de 2024, continúa sin entregarse y apenas alcanza un avance del 59% tras más de un año de retraso; la nueva fecha de entrega quedó fijada para el 30 de enero de 2026. La obra forma parte del contrato 615 de 2022, tiene un costo de 21.000 millones de pesos y fue adjudicada inicialmente por Findeter al consorcio Construri, con un plazo original de 21 meses que arrancó con la firma del acuerdo en septiembre de 2022.
Diago aseguró que los contratos son leyes para las partes y que los tiempos establecidos deben cumplirse, señalando que la falta de planeación por parte del distrito se evidencia en este caso y que no es aceptable que haya retrasos de un año y medio en una obra fundamental para la seguridad de los bogotanos. En su intervención también afirmó que Bogotá se ha convertido en una ciudad más peligrosa, con noticias de hurtos, homicidios y riñas a diario, y subrayó la necesidad de que el alcalde Carlos Fernando Galán y el secretario de Seguridad, Cesar Restrepo, le den celeridad a estas obras para combatir la delincuencia, ante lo cual citó un video en el que se señala que la obra está a medias y que el retraso alcanza el 40%.
La URI de Tunjuelito, entre promesas incumplidas y preocupación por la seguridad local
Antecedentes relevantes indican que la URI de Tunjuelito fue anunciada durante la alcaldía de Claudia López y que el contrato 615 de 2022, suscrito por Findeter para la ejecución de la obra, establecía un presupuesto de 21.000 millones de pesos y un plazo de 21 meses; Findeter contrató al consorcio Construri para llevar a cabo la intervención. A la fecha, el avance es de 59% y la entrega se ha postergado más de un año, habiéndose establecido anteriormente una fecha límite del 30 de agosto tras dos prórrogas, con la nueva entrega programada para el 30 de enero de 2026, lo que provoca inquietud sobre la seguridad en la localidad y la necesidad de acelerar la ejecución para reducir riesgos.
«Los contratos son leyes para las partes, y los tiempos establecidos se deben cumplir, cosa que no pasa en este caso, se evidencia la falta de planeación por parte del distrito. No es aceptable que tengamos retrasos de un año y medio en una obra fundamental para la seguridad de los bogotanos» — Diana Diago, concejal de Bogotá
«Bogotá se convirtió en una ciudad muy peligrosa, todos los días vemos noticias de hurtos, homicidios y riñas. Es fundamental que el alcalde Carlos Fernando Galán y el secretario de Seguridad, Cesar Restrepo, le den celeridad a estas obras tan fundamentales para combatir la delincuencia, la ciudad necesita mano firme» — Diana Diago, concejal de Bogotá
«Siguen los retrasos en las obras en Bogotá, la URI de Tunjuelito, que le costó a los bogotanos 21.000 millones de pesos, que hoy está a medias, tiene un retraso del 40%» — video publicado por Diana Diago
La demora en una infraestructura de seguridad pública, como lo es la URI de Tunjuelito, no solo eleva costos para la ciudad sino que también alimenta la preocupación de residentes y autoridades sobre la capacidad de planificación y ejecución de estas obras críticas. En este contexto, la nueva fecha de entrega para enero de 2026 representa un plazo que, si no se cumplen los hitos intermedios, podría intensificar las críticas y exigir medidas de contención y control más estrictas para garantizar que la seguridad de la localidad no siga a la zaga de las promesas iniciales.

















