Doña Luz Amparo Arias, campesina de la vereda Morrogacho, convirtió su finca familiar en un proyecto que combina tradición, innovación y un profundo apego por la tierra.
En La Persia, su propia parcela, ha dedicado 15 años a desarrollar una propuesta que genera frutos y transmite valores, sueños y unión familiar.
Allí, cada grano de café, cada hoja y cada gota de miel tienen un significado. Con una dedicación constante, Luz Amparo produce café, plátano y banano y creó su propia marca: Café Morrogacho, que honra su territorio y la esencia campesina.
Además, transforma su cosecha en chips de plátano verde y maduro, banano deshidratado, torta de zanahoria y suspiros de café; productos que llevan a la ciudad el sabor auténtico y el espíritu trabajador de su vereda.
La historia de Luz Amparo se fortalece con su incursión en la apicultura junto a su hija Francia. Con paciencia, aprendieron a cuidar las abejas, las cuales simbolizan para doña Luz Amparo la vida misma. Decidió convertirlas en el elemento central de la imagen de su marca, reflejando la armonía entre trabajo y naturaleza.
El compromiso laboral que guía a doña Luz Amparo es compartido por muchos campesinos y campesinas que cada quince días llegan a la ciudad con canastos repletos de productos y el orgullo de sostener a toda una región.
Como productora del programa Gobierno en la Calle Campesino, Luz Amparo Arias agradece la oportunidad brindada por la Administración Municipal, ya que este espacio les permite comercializar sus productos sin interrupciones cada quince días, fortaleciendo su emprendimiento y su sueño campesino.
Durante la reciente jornada de Gobierno en la Calle Campesino, 26 productores rurales ofrecieron 155 productos frescos y transformados y lograron ventas por $8.094.000. Una semana antes, en la versión realizada en Aguas de Manizales, participaron 19 productores con 85 productos y alcanzaron ventas por $3.405.000.
Historias como la de Luz Amparo demuestran que el campo alimenta, inspira y une; detrás de cada taza de café, de cada plátano y de cada frasco de miel, hay manos campesinas que siembran vida para todos.
