Manizales Cómo Vamos advierte que la calidad educativa debe ser el eje de las políticas para garantizar permanencia y equidad.
El más reciente informe Cómo Vamos en Educación Básica y Media 2024 revela que la calidad educativa en la capital de Caldas continúa siendo el principal desafío del sistema escolar. Pese a los esfuerzos institucionales, los resultados de las pruebas Saber 11 no mostraron mejoras significativas frente a años anteriores, lo que mantiene las brechas entre los colegios públicos y privados y comienza a reflejar rezagos frente a otras ciudades comparables como Armenia, Pasto o Bucaramanga.
De acuerdo con el informe, la estabilidad en los puntajes de las pruebas nacionales no solo plantea interrogantes sobre la efectividad de las estrategias actuales, sino que obliga a mirar la calidad educativa más allá del aprendizaje. Esta se convierte también en un eje transversal que influye en la permanencia de los estudiantes, el acceso, la cobertura y, en general, en las trayectorias educativas de niños y jóvenes.
Camilo Vallejo Giraldo, director de Manizales Cómo Vamos, señaló que los resultados confirman la necesidad de repensar el enfoque de las políticas educativas locales. Explicó que “la calidad educativa es el eje fundamental sobre el cual hay que trabajar. En las pruebas Saber 11, la ciudad no ha mostrado mejoras significativas en los últimos años. Eso implica que hay que trabajar porque hay otras ciudades competidoras, similares, que nos están empezando a sobrepasar”.
Según Vallejo, la evaluación de 2024 indica que solo tres de cada diez estudiantes alcanzan niveles superiores o avanzados en todas las subpruebas de la Saber 11 —lectura crítica, matemáticas, ciencias naturales y sociales— sin incluir inglés. “Eso quiere decir que siete de cada diez tienen problemas en alguna”, advirtió. El 30 % presenta dificultades en lectura crítica, cerca del 40 % en matemáticas y aproximadamente el 80 % en inglés, una cifra que evidencia el rezago en competencias clave.
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Las brechas
El informe resalta, además, que las brechas entre instituciones públicas y privadas permanecen prácticamente inalteradas, lo que sugiere que la desigualdad en los entornos escolares continúa reproduciendo diferencias de aprendizaje. Frente a este panorama, Manizales Cómo Vamos propone revisar las estrategias que han dado resultado en otras ciudades, las cuales se han basado en la continuidad de políticas, el acompañamiento a los docentes, la medición de resultados antes del grado 11 y el fortalecimiento de los liderazgos escolares.
Para Vallejo, el éxito de esas experiencias radica en la coherencia y sostenibilidad de las acciones. “Ellas están haciendo estrategias de formación y aprendizaje con acompañamiento a los profes, con reconocimiento de sus liderazgos, con medición permanente incluso antes de 11, con permanencia que logran mantener las estrategias a pesar de los cambios de gobierno. Yo creo que eso es lo que hay que tratar de emular”, precisó.
Otro de los aspectos críticos del informe tiene que ver con la permanencia escolar. En secundaria se concentran los mayores niveles de deserción y extraedad, lo que sugiere una relación directa entre la baja calidad de los aprendizajes y el abandono escolar. Mientras el 4,1 % de los estudiantes abandona el sistema, el 5,9 % presenta rezago por edad. Vallejo explicó que “encontramos que en secundaria se están juntando dos situaciones: la primera es que es el nivel donde más deserción hay, más o menos el 4% de estudiantes están desertando, pero ahí mismo más o menos el 5% están en extraedad”.
Esta doble condición, según el informe, confirma lo señalado por organismos internacionales como el Banco Mundial: cuando los estudiantes se atrasan en el currículo, aumenta el riesgo de abandono. La denominada “pobreza de aprendizaje” —niños que a los 10 años no logran comprender un texto simple— se convierte así en un detonante de exclusión y desigualdad.
“La calidad educativa también la encontramos como un factor indispensable para prevenir la deserción. Cuando el estudiante se siente aprendiendo, permanece en el colegio; cuando no se rezaga frente a sus compañeros, continúa en el sistema”, añadió Vallejo, al subrayar la importancia de fortalecer los mecanismos de acompañamiento pedagógico y psicosocial desde los primeros grados.
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Otras necesidades
El informe plantea la necesidad de implementar estrategias tempranas de nivelación que eviten que los déficits acumulados se conviertan en causas de deserción en los niveles superiores. La prevención del rezago, la atención a la salud mental y el apoyo familiar se identifican como componentes indispensables de una política de permanencia efectiva.
En materia de cobertura educativa, la ciudad enfrenta una caída sostenida durante la última década. Entre 2014 y 2024, la cobertura bruta se redujo del 96,9 % al 81,3 %, mientras que la cobertura neta pasó del 87,7 % al 73,3 %. Esta disminución no puede atribuirse únicamente a la baja natalidad, pues supera la reducción demográfica. Las mayores afectaciones se concentran en la educación secundaria y media, niveles en los que se hace más evidente la pérdida de estudiantes.
“Hoy la ciudad tiene unos problemas de cobertura bastante importantes. Apenas llegamos a una cobertura bruta al 80%. Eso implica que cada estudiante que nos abandona el colegio, su ausencia se siente mucho más”, explicó el director de Manizales Cómo Vamos. La contracción de la matrícula tiene, además, efectos en otros indicadores de competitividad, como el Índice de Competitividad de Ciudades, donde la educación es un componente central.
Revertir esta tendencia, advierte el informe, requerirá una reorientación de la planeación educativa y territorial. Se sugiere aprovechar los cupos disponibles, optimizar los recursos existentes, garantizar la equidad en el acceso y fortalecer la identificación de los niños y niñas que se encuentran por fuera del sistema.
En conclusión, el informe Cómo Vamos en Educación Básica y Media 2024 expone una realidad que exige acciones integrales y sostenidas. La calidad, la permanencia y la cobertura se presentan como dimensiones interdependientes que deben abordarse con visión de largo plazo. Para Vallejo, el reto es claro: “Cada estudiante que se queda atrás, que se va del colegio o que no aprende lo suficiente, representa un punto menos en el desarrollo futuro de la ciudad. Por eso hay que actuar con coherencia, continuidad y compromiso colectivo”.
















