El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia difundió desde la Cancillería un comunicado oficial en el que rechaza la inclusión en la Lista Clinton de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos del presidente Gustavo Petro Urrego, de su familia y del ministro del Interior Armando Benedetti, y solicita respetar las relaciones bilaterales para avanzar en la normalización de los lazos entre ambos países. La nota, que no especifica la fecha de la designación en el material, condena las declaraciones del secretario del Tesoro y defiende la relación estratégica entre Colombia y Estados Unidos.
La Cancillería recuerda que OFAC es la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y que la designación, dentro de la Lista Clinton de Nacionales Especialmente Designados, se produce en un contexto de cooperación que ha mantenido Colombia con Estados Unidos durante más de dos siglos en lo económico, social y cultural. El texto subraya que la lucha contra el narcotráfico ha sido objeto de una cooperación de más de treinta años y que durante el gobierno del Presidente Petro se han logrado incautaciones históricas que reflejan una política articulada por su administración para combatir el flagelo de la droga, con el liderazgo de la Fuerza Pública.
La Cancillería exige respeto mutuo y normalización de las relaciones bilaterales
La declaración puntual contiene una serie de consideraciones, entre ellas que «esta decisión adolece de todo sustento y constituye una afrenta contra el Presidente de Colombia, máxima autoridad administrativa y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, y contra todo el pueblo colombiano», según expresó el Ministerio de Relaciones Exteriores. En las palabras atribuidas a las autoridades colombianas, también se señalan las «expresiones ofensivas y ultrajantes de Scott Bessent, en contra el Primer Mandatario colombiano, que constituyen igualmente un agravio con quien ha mantenido una lucha frontal e incansable a lo largo de más de tres décadas contra el narcotráfico, y logrado durante su gobierno las mayores incautaciones de drogas ilícitas en la historia reciente, gracias a una política definida por él y bajo sus órdenes como Comandante en Jefe de la Fuerza Pública, orientada a combatir de manera integral el flagelo de la droga».
«esta decisión adolece de todo sustento y constituye una afrenta contra el Presidente de Colombia, máxima autoridad administrativa y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, y contra todo el pueblo colombiano» – Ministerio de Relaciones Exteriores
El texto también sostiene que «la decisión de la Ofac y el tratamiento injurioso del que ha sido objeto el señor Presidente en los últimos días vulneran no solo su honorabilidad, sino también la memoria de los miles de colombianos y colombianas que han sacrificado sus vidas en la lucha contra el narcotráfico», y añade que «estos actos hostiles que, además de insultar, desconocen la lucha que han librado el Presidente Gustavo Petro Urrego, las Fuerzas Armadas y la sociedad colombiana contra el narcotráfico, no contribuyen en nada a la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países».
Para cerrar, la Cancillería subraya que «para Colombia, la relación estratégica con los Estados Unidos se rige por una visión de Estado, independientemente de los ciclos políticos coyunturales de cada país, y se fundamenta en los estrechos vínculos económicos, sociales y culturales construidos a lo largo de más de dos siglos de trabajo conjunto. El pueblo colombiano espera que el Gobierno de los Estados Unidos valore y respete en los mismos términos su relación con Colombia, así como otras naciones lo hacen con nuestro país».
La respuesta oficial, que contextualiza la designación de la Lista Clinton dentro del marco de la OFAC y de su función en el control de activos extranjeros, busca reiterar un compromiso histórico de cooperación entre Colombia y Estados Unidos, y advierte que las diferencias coyunturales entre gobiernos no deben afectar una alianza que ha movido intereses estratégicos y sociales durante décadas.
El impacto de este pronunciamiento podría influir en el tono de la cooperación bilateral y en la dinámica diplomática entre ambos países, subrayando la importancia de mantener un canal de diálogo activo que permita avanzar hacia una normalización de las relaciones, respetando las particularidades de cada nación y la singular historia de cooperación que las une.
















