En Medellín, Darwin Ibero Murillo Moreno, alias “Mil nombres”, fue capturado tras ocho meses de investigación por un elaborado esquema de suplantación de identidad para desviar las pensiones de adultos mayores que se gestionan en Bogotá. Las autoridades estiman que el robo supera los 1.000 millones de pesos y señalan que la operación inició en la capital del país, con el arresto efectuado en una vivienda de Medellín el 9 de mayo a las 6:10 a. m.
La investigación, que contó con la cooperación entre la Policía Nacional, el sector financiero y compañías de telecomunicaciones, reveló que el modo de operación permitió la captación de múltiples pensionados afectados. Como resultado, se incautaron 39 cédulas, 24 tarjetas y diversos dispositivos de almacenamiento digital, entre ellos celulares, discos duros y computadoras, además de equipos utilizados para la fabricación de documentos fraudulentos. El caso —según los investigadores— corresponde a un único autor, y la muestra de víctimas fue amplia, abarcando varios pensionados.
La preparación de cada fraude se estima en hasta seis meses y la mecánica empleada combinaba ingeniería social, uso de datos de empleo para extraer bases de datos, fabricación de cédulas falsas, registro biométrico con selfie y la posterior modificación de cuentas receptoras, así como la captación y análisis de comunicaciones para mantener el control del fraude.
Modus operandi, hallazgos y declaraciones oficiales
La investigación describe un entramado en el que el sospechoso manipulaba portales transaccionales para identificar a qué entidades financieras o productos tenía la víctima, y, si no existía una relación previa, creaba productos nuevos con la información sustraída. En ocasiones, cuando la validación no podía superarse con facilidad, realizaba un registro biométrico de la selfie de él junto al documento de identidad de la víctima, de modo que la imagen mostraba al delincuente pero con los datos reales de la persona afectada. La víctima, en muchos casos de la tercera edad, acudía presencialmente a los fondos de pensiones, lo que facilitaba el acceso a portales o perfiles, y en otros casos se procedía a la recuperación de contraseñas aportando el registro biométrico con los datos o la cédula de la víctima. Después, actualizaba las cuentas de destino que él controlaba en la entidad financiera y desviaba los fondos digitales mediante el portal transaccional. Paralelamente, interceptaba comunicaciones para validar identidades y cobros, lo que permitió a los investigadores confirmar que se trataba de un solo autor.
Lo más relevante, según los investigadores, fue la interceptación de comunicaciones. En esas llamadas, el presunto estafador se hacía pasar por más de diez personas, validando en los fondos de pensiones o creando cuentas, lo que facilitó la corroboración de que existía un único responsable detrás de las maniobras. La fiscalía y la policía señalan además que el perfil coincide con una persona afrodescendiente con talla de zapato 42, relación que se sumó a las evidencias para ubicar progresivamente la residencia del sospechoso. Los investigadores describen al detenido como un lobo solitario que creaba la cuenta, investigaba el perfil de la víctima, la suplantaba y realizaba todos los retiros, dedicando hasta seis meses a la preparación de cada fraude. Entre las declaraciones recogidas, una parte de la ciudadanía expresa su satisfacción ante la información y la acción de las autoridades, destacando la importancia de denunciar para avanzar en la investigación.
“Este cibercriminal le hacía la ingeniería social a las personas para obtener todos los datos personales como nombres, cédulas, teléfonos y correos. En otras ocasiones se aprovechaba de su perfil que laboraba en una reconocida compañía para extraer esa base de datos de posibles clientes externos” — Funcionario, Centro Cibernético de la Dijín
En el marco de la investigación, otros funcionarios aportaron detalles sobre el procedimiento: el detenido ingresaba a portales transaccionales para consultar qué entidades financieras o productos tenía la persona y, si no existía relación previa, generaba o modificaba productos con la información sustraída; cuando las validaciones no se superaban con facilidad, recurría al registro biométrico de la selfie de la víctima; mediante la interceptación de comunicaciones se identificó que se hacía pasar por múltiples interlocutores para validar movimientos y abrir cuentas; la evidencia clave incluyó interceptaciones de comunicaciones y registros en portales de pensiones; todo ello se complementó con la descripción operativa de utilizar un computador e una impresora para afectar a adultos mayores. Otros fragmentos de la declaración oficial señalan que la víctima, siendo de la tercera edad, a veces no exigía formalidad y realizaba trámites de manera presencial, y que las actualizaciones de las cuentas de destino se hacían para desviar fondos, mientras la interceptación de llamadas facilitaba la verificación de identidades.
Antecedentes señalan que informes ciudadanos presentados ante la Fiscalía General de la Nación y el CAI Virtual advertían sobre suplantación de pensionados para robar fondos, y la noticia de la captura del presunto autor se interpreta como la revelación del modus operandi para estafas a pensionados. El impacto es claro: subraya la vulnerabilidad de los adultos mayores ante el uso indebido de portales y productos financieros, y refuerza la necesidad de denunciar para impulsar investigaciones y prevenir nuevos casos.
Identificación del detenido: Darwin Ibero Murillo Moreno. Captura: allanamiento realizado en una vivienda de Medellín, el 9 de mayo a las 6:10 a. m. Intervención: incautación de 39 cédulas, 24 tarjetas y dispositivos de almacenamiento digital. Autoría: el equipo de investigación sostiene que se trata de un solo autor. Colaboración: la investigación dependió de la cooperación entre la Policía, el sector financiero y las compañías de telecomunicaciones. Evidencia clave: interceptación de comunicaciones y registros en portales de pensiones. Descripción operativa: el delincuente actuaba con un computador y una impresora para afectar a adultos mayores.
Siento tranquilidad y le agradezco a la ciudadanía por haber puesto en conocimiento estos hechos a la Fiscalía y a la Policía para poder iniciar la investigación. Por eso es tan importante denunciar.

















