Para La Veintitrés Manizales, la noticia que llega desde el ranking IntelLat 2025 significa un hito para la salud colombiana: Colombia consiguió un lugar destacado al ubicar 26 instituciones entre las 80 mejores clínicas y hospitales de América Latina, según el listado correspondiente a 2025. En este panorama, Brasil lidera con 30 instituciones, mientras que Colombia ocupa el segundo lugar en representación regional, superando a México, que suma 10. Entre las entidades colombianas que figuran entre las 80, destacan la Fundación Santa Fe de Bogotá, que figura en el tercer puesto; la Fundación Valle del Lili, en el cuarto; y el Hospital Pablo Tobón Uribe, ubicado en el séptimo lugar. En áreas clave, la cardiología tiene a la Fundación Cardioinfantil como segunda y al Hospital Israelita Albert Einstein como primero; en oncología, Valle del Lili se mantiene en segundo puesto; y en ginecología y obstetricia, la Fundación Santa Fe de Bogotá, la Fundación Valle del Lili y Clínica Imbanaco figuran entre los cinco primeros. La dimensión de eficiencia sitúa al Hospital Pediátrico La Misericordia, al Centro Policlínico del Olaya y a la Fundación Santa Fe de Bogotá con calificaciones sobresalientes, subrayando una visión de la mejora continua que se extiende a Bogotá, Cali y Medellín dentro de una misma región. Este informe refuerza la idea de benchmarking entre hospitales de la región y aporta una pista sobre la evolución de la infraestructura médica, la formación profesional y la adopción tecnológica en Colombia.
El ranking IntelLat 2025 se basa en una evaluación multidimensional de múltiples frentes: seguridad y resultados clínicos, gestión del talento humano, generación de conocimiento, eficiencia, tecnología, telemedicina, sostenibilidad, experiencia del paciente y prestigio institucional, con cada indicador calificado en una escala de 0 a 100. La publicación de este listado no solo sirve para medir capacidades, sino para comparar hospitales entre sí en la región, en un esfuerzo por entender mejor dónde se ubican las fortalezas y las áreas de mejora. En ese marco, la presencia de Colombia en ciudades como Bogotá, Cali y Medellín adquiere relevancia al dibujar un mapa de progreso que combina infraestructura, formación de profesionales y adopción de tecnologías sanitarias de punta.
La representación de Colombia en IntelLat 2025
La lectura regional muestra a Brasil liderando con 30 instituciones y a Colombia como el segundo país con mayor representación, seguido por México con 10. En ese tablero, las instituciones colombianas que encabezan la representación son la Fundación Santa Fe de Bogotá, la Fundación Valle del Lili y el Hospital Pablo Tobón Uribe, cuyo posicionamiento subraya un fortalecimiento sostenido en áreas como cardiología y oncología. En cardiología, la Fundación Cardioinfantil ocupa el segundo lugar y el Hospital Israelita Albert Einstein lidera; en oncología, Valle del Lili se coloca en una posición destacada como segunda. En ginecología y obstetricia, la Fundación Santa Fe de Bogotá, la Fundación Valle del Lili y Clínica Imbanaco figuran entre los cinco primeros, lo que evidencia una demanda por servicios de alta complejidad y humanización del cuidado. En la dimensión de eficiencia, el Hospital Pediátrico La Misericordia, el Centro Policlínico del Olaya y la Fundación Santa Fe de Bogotá destacan por sus calificaciones sobresalientes, consolidando una agenda de mejora continua y foco en la experiencia del paciente.
«Cada hospital se compara con sus pares en general y por dimensión, para hacer benchmarking de sus capacidades más importantes» – IntelLat, firma de análisis del sector salud en América Latina
En síntesis, el balance del IntelLat 2025 para Colombia sugiere una evolución tangible en la infraestructura médica, la formación profesional y la adopción tecnológica. El informe llega en un momento de creciente interés por medir la calidad y la eficiencia de los servicios de salud, y señala que las instituciones colombianas no solo ocupan lugares destacados en la región, sino que además muestran un compromiso claro con la humanización del servicio y con el desarrollo de capacidades que permiten competir de igual a igual en un entorno regional cada vez más exigente.
















