Colombia produce asesinos seriales por conflicto y desigualdad, afirma Camelo, autor y podcaster bogotano

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En una entrevista reciente con Infobae Colombia, Sebastián Camelo, autor y podcaster originario de Bogotá, afirmó que Colombia es un país mundialmente conocido por producir asesinos seriales, una realidad que vincula al conflicto armado y a la desigualdad que atraviesa la nación. Camelo, cuyas novelas criminales Carne y Descenso acompañan su trayectoria, es también creador de uno de los pódcast sobre asesinos seriales más escuchados en Latinoamérica, con una audiencia que supera los siete millones de oyentes al mes. Este análisis llega en un marco de octubre, periodo asociado culturalmente a Halloween y a una notoriedad mediática que amplifica estos casos. La entrevista forma parte de la cobertura de La Veintitrés Manizales y se inscribe en la agenda de Infobae Colombia, ampliando el debate sobre la relación entre violencia, conflicto y sociedad a través de su voz y su podcast.

La conversación detalla la lectura de Camelo sobre la interacción entre conflicto, desigualdad y la persistencia de crímenes de alto impacto, que, según él, se ven favorecidos por la impunidad y la ausencia de controles en ciertos momentos de la historia reciente. A partir de investigaciones sobre la vida de criminales y de la exposición mediática que rodea sus casos, Camelo difunde estas ideas no solo en su podcast sino también en charlas públicas, buscando explicar por qué estas dinámicas se vuelven patrones en el país y, al mismo tiempo, cómo la audiencia las recibe en un formato narrativo cercano y accesible.

La violencia como norma y la impunidad como motor del fenómeno en Colombia

«Colombia, tristemente, es un país mundialmente conocido por, digamos, la producción de asesinos seriales, muy cerca de Estados Unidos o Inglaterra. Siempre que se hacen listados sobre los más atroces, aparece uno de nuestra nacionalidad, como Luis Alfredo Garavito, el ‘Monstruo de Monserrate’ (Fredy Armando Valencia) o el ‘Monstruo de los Andes’ (Pedro Alonso López)» – Sebastián Camelo

Camelo sostiene que el origen de estos perfiles criminales se encuentra en contextos estructurales de vulnerabilidad: hogares destruidos, ausencia de seguridad afectiva y, en su lectura, una constante relación entre el conflicto armado y la desigualdad. «Somos un país que produce muchos asesinos por el contexto, por lo sociopolítico y lo socioeconómico. Acá hay ejercicios de impunidad, de falta de control, de inseguridad en algunos temas porque se priorizan otros temas como la guerra», afirma con claridad. Además señala que la facilidad con la que se accede a información sobre crímenes ha permitido que varios casos se expongan con mayor detalle gracias a herramientas de investigación y a la difusión mediática, lo que, considera, no debería normalizarse, sino entenderse como alerta sobre las fallas del sistema de seguridad y justicia.

En una línea cercana, Camelo añade que «No es muy difícil encontrar información sobre asesinos. Por la misma razón de que tenemos tanta muerte, hay muchos mecanismos de investigación desarrollados. Lamentablemente, la misma facilidad para cometer los crímenes ha hecho que se den a conocer más casos y que se expongan con literatura y otros productos». También subraya que «Por lo general son los mismos orígenes con hogares destruidos, espacios en los que no se desarrolla una seguridad afectiva, falta de procesos de empatía y también siempre tiene que ver con nuestro conflicto armado y la desigualdad».

Sobre la relación entre timing de los crímenes y el marco de violencia, Camelo no escatima en su análisis: «No es casualidad que Garavito matara los mismos días que había tomas guerrilleras y que no se investigara la muerte de estos niños. Con focos de pobreza, de conflicto, de guerra, es muy difícil que exista una investigación de estos crímenes por la condición de vulnerabilidad de las víctimas». Y remata una conclusión contundente sobre la continuidad de la violencia: «Creo que el país no se ha transformado respecto a la violencia. Colombia es un país habituado a la violencia desde la patria boba. La guerra bipartidista se convirtió en un conflicto armado con guerrillas, paramilitares y el ejército. En torno a eso han estado estos asesinos que en otros países tendrían más reflectores, acá no porque la violencia tal vez es el producto nacional más representativo, al lado del café y la cocaína».

Este marco de análisis se publica en Infobae Colombia como parte de una conversación que no solo interesa a los lectores por su contenido histórico, sino por su lectura sociopolítica de la realidad actual. La entrevista, además de situar a Camelo ante su audiencia fiel, invita a cuestionar la normalización de la violencia y a revisar los mecanismos de investigación y difusión que, según él, han contribuido a que estas dinámicas permanezcan presentes en la vida cotidiana de Colombia. Para La Veintitrés Manizales, la reflexión que propone Camelo tiene el valor de abrir un debate sobre la responsabilidad social de la cultura y de los medios al momento de abordar hechos tan graves, y sobre cómo construir respuestas que fortalezcan la seguridad y la justicia en el país.

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