La más antigua guerrilla de Latinoamérica y el Gobierno de Colombia comenzaron un cese al fuego bilateral que se extenderá por seis meses. Ese grupo insurgente se sentará en una mesa de negociación buscando su desarme y reincorporación a la vida civil.
Bogotá. Julio 3/23. “La única manera de que este virus de la vida permanezca en el planeta tierra y pueda llegar más allá, como un virus que se expande, es que seamos unidos como humanidad y esa unidad implica superar la guerra allá en Asia, en Norte América, en Europa y aquí. Y ustedes tienen una responsabilidad hoy histórica. Creo que la levantaría con una bandera, si estuviera vivo hoy, el padre Camilo Torres”. Con estas palabras el Presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, cerró su discurso al protocolizar en el recinto de Corferias de esta capital el cese al fuego bilateral pactado con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN.
El Primer Mandatario insistió en la necesidad de un gran acuerdo nacional, al hablar para más de dos mil personas que se congregaron en el lugar entre negociadores de las partes, miembros del Comité Nacional de Participación e invitados especiales de todos los rincones del país.
En este evento público se oficializó el acuerdo de cese bilateral por 180 días entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, mientras que ayer también fue presentado el Comité Nacional de Participación, con la presencia de 78 de los 81 delegados de 30 organizaciones sociales, gremiales y de derechos humanos que lo componen. Este Comité fue creado por las partes para garantizar un papel activo de la sociedad civil en el proceso de paz.
La tarea del Comité Nacional de Participación, cuya creación era el primero de los cinco puntos de la Agenda de Diálogos de Paz, será recolectar y sistematizar las propuestas de la sociedad civil sobre las transformaciones para la paz que llegarán a la mesa de negociación, en un plan de trabajo que va hasta mayo de 2025.
El Cese al fuego será verificado por la Organización de las Naciones Unidas, ONU, que la víspera amplió el mandato de su misión que opera en Colombia, justamente para realizar esta tarea. La ONU enviará al país 68 observadores más para integrar el llamado Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) que tendrá tres instancias: una nacional, nueve regionales y 22 locales.
El MMV lo integran además la Fuerza Pública así como delegados del grupo insurgente, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y la Conferencia Episcopal.
También en esa primera reunión de instalación del Comité Nacional de Participación se conocieron los nombres del equipo negociador del Gobierno que encabeza el senador Iván Cepeda y que también conforman el coronel (r) Álvaro Matallana, la lideresa indígena Dayana Domicó, la dirigente política Nigeria Rentería y el experto medioambientalista Rodrigo Botero. Por su parte el ELN ratificó que sus negociadores son Aureliano Carbonell, Consuelo Tapias, Mauricio Iguarán, Claudia Rodríguez y Juan Carlos Cuéllar.
La apuesta central para este 2023 es la realización de 15 encuentros nacionales y nueve regionales, en los que, a partir de talleres y actividades pedagógicas, se recolectarán las iniciativas claves de los territorios. Aunque la sede principal del Comité será Bogotá, podrán realizar sesiones en diferentes partes del país y tendrán el apoyo de un representante especial del secretario general de la ONU en Colombia y la Conferencia Episcopal de Colombia.
El ELN
El Ejército de Liberación Nacional es una de las organizaciones insurgentes más antiguas de América Latina, considerada por muchos gobiernos como terroristas y narcotraficantes, mientras unos pocos les dan el status de fuerza beligerante.
Creado en la década de los sesenta, esta agrupación no ha dejado desde entonces de ser protagonista principal del derrame de sangre en el país. La pequeña insurgencia armada que surgió en 1964 al mando de Fabio Vásquez Castaño y que se oficializó con la famosa toma de Simacota donde leyeron su manifiesto, combinó desde sus comienzos la doctrina marxista-leninista con la Teología de la Liberación. De hecho, de sus filas formaron parte sacerdotes como ex capellán de la Universidad Nacional de Colombia, el cura Camilo Torres Restrepo, muerto en combate en 1966, los españoles José Antonio Jiménez y Domingo Laín, también muerto en combate, y el también español Manuel Pérez Bautista quien alcanzó a ser su máximo líder y murió de hepatitis en 1998.
A punto de acabar en la década de los 70 en la llamada “Operación Anorí” , donde fueron dados de baja dos hermanos de su líder Fabio Vásquez Castaño, quien debió huir y refugiarse en Cuba, el ELN resurgió de sus cenizas dirigiendo sus acciones contra la infraestructura petrolera y las multinacionales dedicadas a ese negocio en el nororiente del país, así como al narcotráfico, fuente de su medio de subsistencia.
El ELN cuenta hoy con más de 5 mil miembros y la firma del cese bilateral entre el Gobierno de Gustavo Petro y esa organización subversiva, abre un nuevo capítulo en los intentos de paz que se han abierto en Colombia para lograr su desmovilización .