Como Antonio Chenel lo decía, hay que morir aprendiendo… 

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Foto cultoro

Esta es la historia de Maikol Ramírez, el novillero manizaleño que  quedó en el recuerdo el día de la despedida de Enrique Ponce de los ruedos. Así fue el momento de su presencia en La México. 

Por GERMÁN MEJIA GALLO

Doña Rosalba Aristizábal Zuluaga es la madre de Maikol, vive en el Barrio Campo Amor de Manizales y trabaja en una pequeña carpa vendiendo jugos y tintos para ayudar a sostener el hogar, vive con su hija Angie Paola, hermana de Maikol, quien lleva cerca de dos años  en territorio mexicano, la tierra que escogió para buscar sus nuevas oportunidades de vida, pero ante todo, con la ilusión de convertirse en torero. Su padre, Walter Ramírez, falleció hace 8 años. 

Momento de inspiración

Cuanta Doña Rosalba que la afición de Maikol por los toros nació estando muy niño, “nosotros vivíamos al frente de un señor que se llama Wilfredo, él era banderillero, y recogió un grupito de niños que llevaba todos los días a la plaza a entrenar, allí les enseñaba a torear; el niño mío era muy aficionado y ahí comenzó a gustarle los toros”, dijo.

Maikol recuerda que lo suyo nació en el 2007 en desarrollo de la Feria de Manizales, por primera vez asistió a la Plaza de Toros, y ese día el Maestro Cesar Rincón se retiraba de los ruedos, “ese fue el día de  inspiración para mí, tenía 8 años aproximadamente, era la primera vez que asistía a una corrida y la verdad no sabía lo que estaba ocurriendo en el ruedo; a mí me envolvió todo lo que sentí ese día con la gente, la euforia y la emoción que se sentía en el momento en que despedían al maestro, tengo esa imagen grabada en mi cabeza… Era como un pasillo de personas y el maestro saliendo a hombros por entre la gente que le tiraba claveles y gritando torero, torero, torero… Eso para mí fue impresionante y dije que en algún momento tenía que ser como ese hombre”.

Recuerda su Señora Madre que pese a la mucha afición que su hijo tenía por lo taurino, ellos no tenían como patrocinarle la posibilidad de ir a algún lado para que siguiera esa carrera, “nosotros no teníamos con qué darle para mandarlo a España a estudiar, entonces el niño no pudo en ese momento dedicarse a los toros”.

La llegada a la Escuela Taurina

Cuando Maikol tuvo la posibilidad de ingresar a la Escuela Taurina porque ahora si quería ser torero, no lo tomaba tan en serio en ese momento, “era un más como un juego”, dice, y agrega que “aun así, tenía disciplina para hacer el trabajo, hasta cuando definitivamente dije que eso era lo mío, y ya pude tener contacto por primera vez con una becerra;  esa fue la gota que rebasó el vaso”, comenta.

Comenzó sus primeros pasos al lado de un compañero de la Escuela de su misma edad, Mauricio Salas, “él ya quería ser torero en ese entonces, su papá, Wilfredo,  había sido novillero algún tiempo y le había enseñado como agarrar el capote y demás, y pues siendo así niños, él llegaba y en un callejón se ponía a entrenar o a torear con el capote todos los días, me pareció muy raro ver como practicaba y entonces me hice amigo de él y comencé a preguntarle sobre el tema y a empaparme de cómo hacerlo, y él me enseñaba lo que su papá le había enseñado en su momento y con eso armábamos corridas de juego todos los días y supuestamente entrenábamos a diario”.

Ingresó a la Escuela Taurina que en aquel momento se llamaba La Espada y quedaba en el Batallón Ayacucho, “ahí nos recibió un señor que se llamaba Óscar Romero y don Fernando Martínez, que era el médico veterinario, pero antes trabajaba con Wilfredo Salas”.

Dice Doña Rosalba que su Papá siempre lo llevaba a los entrenamientos, “él era el que lo acompañaba a los entrenamientos y a las corridas,  yo no iba porque era muy nerviosa y Walter era el que estaba pendiente con la niña mía”.

Sus Maestros en Colombia han sido Guillermo ´Perla` Ruiz y Emerson Pineda, quienes le conocen desde niño y le han aportado mucho en su carrera de novillero. 

En el exilio

El Torero ´Perla` Ruiz afirma que conoce a Maikol desde que era una criatura de 12 años de edad, “he compartido con todos los chicos de la Tauro Escuela de Cormanizales desde hace muchos años y he tratado de transmitirles mis experiencias, que no son pocas y algunas seguramente son de buen provecho para ellos. Él ha sido siempre un chico muy callado, un poco introvertido, muy metido en su mundo, tímido, ha tocado en muchos momentos impulsarlo, darle ánimo, pero siempre ha mostrado muy buenas condiciones toreras”, dice Guillermo.

Expresa que las leyes prohibicionistas de Colombia han obligado a Maikol a exiliarse en México, “estos muchachos se han visto obligados a viajar a otros países, buscando un espacio para expresarse e intentar al menos, puede que lo consigan o no, hacer sus sueños realidad”.

En busca de oportunidades

Emerson Pineda, banderillero de toros de Manizales y Maestro de la Tauro Escuela Cormanizales por más de 14 años, comenta que tuvo la oportunidad de conocer a Maikol desde los 11-12 años, “cuando llegó con el sueño de ser torero a la plaza de toros de Manizales, como llegan muchos muchachos inquietos e interesados por el bonito arte del toreo; Maikol es un muchacho humilde, con mucha dedicación, entrega y deseos”, dice.

Recuerda que debutó en Manizales y toreó dos o tres novillas sin caballos y agrega que “debutó con caballos en Manizales y en la plaza de toros de Cali, en nuestra ciudad lo hizo en las novillas de concurso en octubre, y al no ver más oportunidades se fue a México hace un año y medio más o menos, para buscar las oportunidades que en Colombia no se le daban”.

Está de acuerdo con Guillermo en que “para nadie es un secreto que este absurdo deseo de mucha gente de quitarnos a la brava el derecho a sentir taurinamente y prohibirnos nuestro arte, nuestro vivir, nuestro sentimiento y nuestro sustento laboral, desilusiona a quienes estamos en el medio; al ver esto, Maikol va a México”.

El Novillero

La Escuela ha sido para Maikol y muchos otros aspirantes en Manizales, un centro de aprendizaje que les ha permitido lograr sus primeros escaños en este difícil mundo del toreo, es por eso que llegan para él sus primeras oportunidades, que se dan precisamente en Toros y Ciudad, la feria de los novilleros en Colombia que se celebra en octubre de cada año en Manizales.

Cuenta Maikol que su debut fue en la feria del 2018 sin caballos, “desde ese momento y hasta el 2021 asistí de manera consecutiva, la última novillada fue  con caballos. También estuve en Cali en el 2021, estaba recién alternado como novillero con caballos y lo hice igual en otras plazas como Puente Piedra, y algunos pueblos de la provincia colombiana”.

Sus compañeros

Uno de sus mejores amigos y con quien ha compartido muchas horas de entrenamiento en Colombia es el también novillero manizaleño Sergio Alzate, quien tiene las mismas ilusiones de Maikol de ser torero. Dice que lo conoce desde 2019 cuando llegó a la Escuela Taurina, “él era el más avanzado, pero  de inmediato tuvimos una gran amistad y por muchos años entrenamos en parques, canchas y diferentes puntos de la ciudad, así nos gritaran o sacaran, que fue uno de los grandes problemas que tuvimos en la pandemia, pero él y yo estuvimos casi tres años entrenando todos los días al sol y al agua en cualquier lugar de la ciudad”. 

A México

Maikol, de 25 años, es bachiller el Instituto Universitario de Caldas, y desde que terminó, su vida ha sido siempre la tauromaquia. Viajó a México el 6 de abril del 2023, y no ha vuelto a Colombia. Entrena en las mañana y por las tardes o noches trabaja cuando se da la oportunidad, en un bar fue su última experiencia. “Yo entreno por mi propia cuenta, esperando que se puedan dar las oportunidades de torear novilladas en la provincia”, manifiesta. 

´Perla` Ruiz afirma que no será fácil lograr oportunidades en México, “es un país muy nacionalista, todos lo sabemos. Eso lo llevan ellos en el ADN, pero en México sí hay bastante espacio. Todavía no hay nada ni leyes prohibicionistas, que yo sepa. Es un país muy grande territorialmente y hay mucho donde torear, y digo que no es fácil porque ellos también tienen un montón de muchachos que quieren ser toreros. Hay un montón de ´maícoles` por llamarlo de alguna forma, que quieren ser toreros, pero por lo menos hay la posibilidad de encontrar algún lugar”.

Sergio por su parte dice que “él quería buscar más oportunidades, acá lamentablemente los políticos con ganas de ganar votos y mantenerse en el poder, buscan destruirnos y prohibir, sin sentido y con mentiras. Él simplemente se fue a hacer realidad sus deseos de ser figura del toreo, yo también lo hice por España hace poco. Es una realidad para los novilleros que nos quieren prohibir nuestra pasión, nos ponen todas las trabas posibles para que no podamos cumplir nuestro sueño”.

Por ahora Maikol continua su aprendizaje en la vida y recuerda que “el Maestro Antonio Chenel decía que él se iba a morir aprendiendo, y ya era un maestro del toreo. Entonces a mí también me espera mucho por recorrer. En lo posible, todos los días trato de aprender algo nuevo para seguir avanzando”.

Esta es la historia de los naturales de Maikol en La México

Lo hecho por el manizaleño Maikol Ramírez en la Plaza de Toros más grande del Mundo, La México, es algo que quedará para la historia, lo hizo en el último toro, el de la despedida de uno de los más grandes del toreo, Enrique Ponce… Saltar al ruedo y dar tres o cuatro naturales con la complacencia del Maestro Valenciano y luego ser despedido con un abrazo por el mismo torero, solo lo contará él y lo guardará por siempre en su memoria. 

Un toro de regalo para el colombiano… “Se presentó la oportunidad de que el Maestro Ponce  regaló el  último toro y ahí tomé la decisión de hacerlo, ya que los primeros toros no funcionaron mucho que digamos. Había pensado hacerlo inicialmente en el primer toro del Maestro, pero cuando empecé a ver las condiciones que tuvieron los toros, no lo veía tan conveniente porque no iba a tener la trascendencia que yo quería”.

Pero cómo fue la historia de aquel momento?, el mismo protagonista se lo contó a La Veintitrés. 

“No es una decisión que se tome de la noche a la mañana, estaba muy premeditada desde hace mucho rato, pero no había encontrado ni el momento ni el lugar para hacerlo. Me estuvo dando muchas vueltas en la cabeza, y en el transcurso de estos días ya lo tenía definido con certeza”. 

Maikol mandó a hacer su playera con los mensajes impresos, y se mentalizó plenamente para lanzarse al ruedo, “escogí el 5 de febrero, día  del aniversario de la Plaza de Toros México, sabía de la cantidad de gente que iba a ir, y que verían el mensaje que llevaba en mi espalda y en la parte delantera, y es que en Colombia me quieren prohibir ser torero”.

Con la decisión ya tomada y fecha definida, sin saber en qué toro y en qué momento lo intentaría, llegó hasta la plaza y compró su boleto en la reventa a las afueras de la Monumental mexicana.  

El novillero manizaleño tenía la muleta guardada en una pequeña bolsa de tela, y guardó el palillo al interior de una sombrilla, “ya dentro de la Plaza, busqué un sitio donde estuviera solo, y me dediqué a arma la muleta, para esconderla luego debajo de una chamarra, empecé a buscar una barrera de los toriles que era más o menos el lado por donde el toro se cerraba, y así me quedó más fácil para poder brincar”. 

No era sencillo hacer lo que pretendía el novillero en ese momento, ante una plaza llena y uno de los mejores toreros de la historia en el ruedo frente a su toro de despedida, el miedo se apoderó de él, pensaba en que lo podían agarrar o que todo podría salir muy bien… “Quería que llegara el mensaje como fuera, pero son muchas las cosas que le pasan a uno por la cabeza en ese momento; tenía un miedo impresionante, las piernas a la hora de pararme como que me pesaban, en ese instante lo pensaba por el recinto, por la situación, por lo que estaba viviendo el Maestro, pero decidí actuar; me pare, me subí por encima de los toriles, salté al callejón y del callejón al ruedo, e intenté robarle unos pases al toro”, contó con la misma emoción del momento, el colombiano que a esa hora era noticia en todos los portales taurinos del mundo. 

Ponce se mostró tranquilo por lo que pasaba, permitió que el torero le diera los naturales a su toro y luego lo abrazo, intercambio palabras con él y volvió a lo suyo para cortar las últimas dos orejas de su vida torera.

Maikol recordó así este momento histórico para su vida: “El Maestro se me acercó, me dio un abrazo grande, y me dijo, chaval, no pasa nada; porque lo primero que hice fue decirle Maestro, discúlpeme, perdóneme la vida en verdad, pues eso lo hago por mi sueño y por Colombia, le deseo mucho éxito en su retirada, que disfrutó mucho ese momento y muchas gracias por todas las alegrías que nos ha dado. Me dio el abrazo y me dijo que no pasaba nada que ya me podía salir y listo”. 

Él no recuerda cuantos muletazos le ‘robó` al toro, pero debió sentir con gran emoción el olé de los aficionados que le corearon cada uno de los que dio… “Por lo que he visto en videos fueron como cinco en total, no sé la verdad, no los tengo contados”

Lo cierto es que en la búsqueda de la noticia de lo que sucedido, un comentario de alguno de los portales que leí, decía que “el hombre había dado naturales de tal condición, que ni el Maestro Ponce los había dado en su faena”… “No, pues gracias por el halago, pero no, no creo que haya sido a ese nivel, si traté de hacerlo lo mejor posible, pero el Maestro ya es una cosa impresionante”, dijo ante el comentario el manizaleño.

Pudo haber sido con el toro de Silveti

Hubo un momento en que Ramírez intentó hacerlo en el toro de David Silveti, “también lo pensé, pero tuve inconvenientes en el tendido para poderme orientar y encontrar el espacio, al final no pude”.

Todo parecía diluirse en la intensión del colombiano, quien tuvo la suerte de que Ponce regalara el que sería el último toro de su vida torera vestido de luces. “Ahí dije, tiene que ser en este y como pude salté de los toriles al callejón, y luego al ruedo”.

Las reacciones de sus maestros

Emerson Pineda expresó que esperaba que lo que hecho tenga trascendencia y le puedan poner en un par de novilladas en México y agregó: “El mensaje de la camiseta que se puso es muy enfático, es verdad, en Colombia, y no es un secreto, nos castraron la tauromaquia a golpe de escritorio. Nos prohibieron por decreto ser toreros en Colombia; la fiesta brava gracias a este gobierno y a sus representantes en el Senado y Cámara, lograron acabar con los derechos de una minoría que somos los toreros. Creo que en Colombia la situación está muy complicada y compleja, aunque gracias a Dios han aceptado algunas demandas en la Corte y esperemos qué pueda pasar. Maikol debería quedarse allí, seguir luchando en México, aunque en este momento están pasando dificultades por sus gobernantes, pero es un lugar donde la tauromaquia está más viva y hay más posibilidades de ser torero que en ColombiaSiempre he dicho que los sueños mueren cuando muere el soñador, y siempre habrá alguien soñando con ser torero”. 

Por su parte Guillermo ´Perla` Ruiz expresó que  la vida es así, él mirará cómo se la busca y si la encuentra bien, y si no pues ya tomará alguna determinación. Maikol ha sido un muchacho muy aplicado, con mucha afición, con constancia y perseverancia, tozudo, terco, como tiene que ser uno para ser torero. Debe Insistir muchísimo y no aburrirseNo sé si su vida comenzó ayer o antier, pero ante todo que sea una buena persona”.

Su compañero Sergio Alzate manifestó que cada quien tiene su forma de protestar y es respetable, esa fue la que él eligió y está bien, pero hay que tener mucho valor para hacer lo que hizo, en la plaza que lo hizo y en el momento en que lo hizo, es de respetar. Él es una persona incondicional para mí y alguien que nunca se va a rendir, me ha enseñado muchas cosas y yo lo apoyo”.

El arresto

Tras lo sucedido en la plaza, la policía lo arresta y lo mantiene en el patio de caballos mientras termina la faena de Ponce, y luego le tomaron sus datos y fue trasladado al juzgado cívico de Benito Juárez.  “En este lugar se realizó el proceso de legalización y el interrogatorio de lo que había pasado, y me aplicaron la sanción por haber incurrido en un espacio público y cultural sin autorización, por haber saltado. Ya después llegó el matador de toros Gitanillo de Tlalpan que es abogado, me ayudó con el caso y me pudo sacar de allá como a las 2 o 3 horas más o menos”.

Estando allí, una de las personas presentes le facilitó un teléfono para que llamara a su familia.

Esta es la historia del novillero manizaleño Maikol Ramírez, que tiene como máximo referente a José Tomás, y que admira a Enrique Ponce, El Juli, Alejandro Talavante, Roca Rey, Morante de la Puebla y otros toreros como  Luis Francisco Espla, Antonio Chenel, Antoñete y José Miguel Arroyo Joselito. 

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