“Con la pintura puedo expresar lo que no puedo decir con las palabras”, Jacobo

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Jacobo Lemus Díaz es un estudiante del primer semestre del ciclo complementario en la Escuela Normal Superior de Manizales, que le permitirá ser normalista superior, y docente.

Estudió la primaria en el Instituto Chipre, y luego su abuela quiso que estuviera en un Colegio distinto y que tuviera muy buena reputación; “Ella me logró inscribir aquí en la Normal, y acá estoy desde el sexto, cursando todo mi bachillerato, y ahora mismo estoy haciendo mi ciclo complementario”, dijo.

Son cuatro semestres, que además se conjugan con las prácticas desde el primero, que son tenidas en cuenta como experiencia laboral: “Es muy lindo porque en las prácticas que vamos a tener, básicamente como una vida laboral, nos cuenta como horas de experiencia cuando nos graduemos. El título nos sirve para mucho desde la primera infancia, sala cuna, párvulos, caminadores, preescolar, transición y primaria, hasta quinto”.

Estudian materias de todo tipo como la neuropsicología, didáctica del lenguaje, didáctica de las matemáticas, etc., porque el aprendizaje es algo muy importante para poder enseñar. “En mi querida Normal se forman docentes capaces de orientar más jóvenes capacitados para continuar una vida profesional en el futuro”, dice Jacobo, quien aparte del estudio dedica sus espacios libres para la pintura, una actividad artística que le apasiona.

Sus comienzos en la pintura

Me acuerdo que desde pequeño me gustaba rayar las paredes de la casa… las nalgadas que me daba mi abuela por eso, no las cuenta nadie. Era muy chévere, me gustaba dibujar y comencé viendo la serie de Dragon Ball, esos muñecos me gustaban y me propuse dibujarlos,  por lo que cogía mis cuadernos y comenzaba a hacer los trazos, y mi abuelita  me decía que me quedaban igual”, cuenta el joven artista.

El autodidacta

Empecé a dibujar hace 6 años, hice cuadros a varios profesores de la Escuela, mandé otros a los Estados Unidos y he retratado a mi familia. Trabajo el hiperrealismo, el realismo, hago todo tipo de cuadros. El arte siempre me llamó la atención, es como la forma de expresar lo que a veces uno no puede decir con las palabras”, dice, y cuenta que aplica el método de Loomis, “lo aprendí porque el marido de una hermana de mi abuelita fue director en Bellas Artes y a él también le gustaba el arte, y tenía muchos libros de todo tipo de técnicas y me lo regaló. Ahí aprendí esa técnica que enseña a  hacer el rostro de las personas”.

Admira a Botero, Picasso y Van Gogh, “me duele mucho la historia de Vincent, quien  murió sin saber que su arte fue apreciado, y espero que eso no me pase a mí, quiero saber que la gente aprecia mi arte”.

Sus abuelos, sus padres

Desde los cuatro años vive con sus abuelos maternos, Isabel Cristina y Carlos Alberto, pues su madre prefirió quedarse con el compañero de vida que consiguió, “A ellos los quiero mucho, me criaron desde muy niño y me han dado todo en la vida”, comenta.

Cuenta que su madre, a la que ve poco, “era la típica bonita del Colegio que tuvo una relación que a muy temprana edad le dejó un embarazo no planeado e  irresponsable. Mi padre nunca respondió, y con el tiempo mi madre se consiguió a quien sería mi padrastro, un hombre que me trataba mal, pero ella lo prefirió a él antes que a mí, y desde ese entonces mi abuelita me tiene en custodia, y le agradezco porque gracias a ella estoy acá, me ha criado como un buen ser humano y un buen hombre”.

Pese a la ausencia y a que le ha visto pocas veces, él dice que “Madre es Madre, de igual forma yo la quiero mucho, no la puedo juzgar por sus errores”.

Es un buen estudiante y le gusta hacer lo que hace, bien, “Me gusta ser bueno en todo, esforzarme y dar el 100% de mí en todo, en el estudio, en el aprender a bailar y como me destaqué en el arte, le empecé a meter más que el 100% y aquí es donde estoy”.

Explica Jacobo que esta obra se llama Belleza.

«La hice en una clase, me inspire en la chica de la que me enamore ese año«.

«Era la mas guapa… con una mirada tan profunda que me llevaba al mas allá, no hay talento suficiente para captar la verdadera belleza de ese sentimiento«.

Vendió varios de sus cuadros y hace retratos a grafito que le quedan muy bien y por eso se los encargan. “El grafito es muy elegante, monocromático y expresivo; es lo que más me encargan. Ahora tengo seis encargos de Pereira y del colegio tengo dos”.

Cuenta Jacobo que tiene cerca de 100 obras en diferentes tipos de materiales, lienzos, opalinas, etc., y en distintas técnicas, “hay unas que hago con marcadores, colores, grafito. Es muy chévere, me gusta mucho”.

Le gusta la política y quisiera hacer cosas por la gente, de hecho, está convencido que en algún momento, será presidente de Colombia.  

El Arte de Amar

«La hice en un diario que tengo de poesía y dibujos; cuando me siento, de alguna forma hago alguno de los dos. Este representa que el amor es ciego, por eso a veces nos enamoramos y no nos importa hacernos daño con tal de llegar a esa persona tan especial, aunque esta no sienta lo mismo, o no haga el mismo esfuerzo por uno«.

Manifiesta que «soy de la vieja escuela, me encantan los principios de enamorar con cartas y detalles…«

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