Condenan a 30 años a Alfonso Plazas Vega por desaparición forzada agravada en Bogotá

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Entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985, la toma y retoma del Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema en Bogotá, marcó un episodio que aún sacude a Colombia. En medio del fragor de los disparos, el teniente coronel Alfonso Plazas Vega pronunció la frase que quedaría grabada en la memoria colectiva: «Aquí, defendiendo la democracia, maestro».

La operación, orquestada por el Movimiento 19 de Abril (M-19), recibió una respuesta militar liderada por la Escuela de Caballería. Fueron 28 horas de enfrentamientos y la entrada de tanques a la sede, que culminó con un giro trágico para el país: cerca de cien muertos y once personas desaparecidas, un saldo que aún hoy mueve debates sobre la memoria y la impartición de justicia.

Entre las cifras que sustentan los fallos judiciales posteriores se cuenta una condena de treinta años de prisión por desaparición forzada agravada. Las víctimas de esa desaparición, según la sentencia, fueron siete empleados de cafetería, tres visitantes y una guerrillera del M-19. Desde 2008, Plazas Vega permanece recluido en una unidad militar en Bogotá.

40 años del asalto al Palacio de Justicia y sus heridas aún abiertas

Con la conmemoración de cuatro décadas desde aquella madrugada, el país revisa las lecciones, responsabilidades y los procesos de verdad. El episodio dejó no solo un trágico récord de víctimas y desaparecidos, sino también un debate persistente sobre la actuación de las fuerzas del Estado y el alcance de la justicia en casos de violaciones graves a los derechos humanos. Los datos de la condena siguen vigentes y el recuperado impulso por la memoria busca que la Corte Suprema y la historia corrijan los rumbos de una nación que enfrentó una de sus crisis políticas más profundas.

«Aquí, defendiendo la democracia, maestro» – Alfonso Plazas Vega, teniente coronel del Ejército (en 1985)

«La intención era mantener la democracia, maestro» – Alfonso Plazas Vega, teniente coronel del Ejército (en 1985)

«Hubo una pésima investigación y unas decisiones equivocadas por parte de la primera y segunda instancia» – Alfonso Plazas Vega

«la Corte Suprema reivindicó a la justicia colombiana» – Alfonso Plazas Vega

Este análisis y memoria también retoman la necesidad de una investigación y un reconocimiento más profundo de las víctimas, de modo que la condena de Plazas Vega no quede como un episodio aislado, sino como parte de un proceso más amplio hacia la verdad histórica y la reparación para quienes perdieron a sus familiares en aquellos días de noviembre de 1985.

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