El Juzgado de Chinchiná, en el departamento de Caldas, emitió en primera instancia una condena contra Víctor Alfonso por la comisión de actos sexuales abusivos con una niña de 11 años, ocurridos en la Basílica Menor de Las Mercedes y el cementerio municipal de ese municipio. Aunque previamente había sido absuelto del cargo de acceso carnal abusivo, la responsabilidad penal se sostuvo en el segundo delito gracias a las pruebas presentadas durante la investigación liderada por la Fiscalía. Los abusos incluyeron tocamientos, hacer sentar a la menor en sus piernas y besos en la boca, perpetrados en sitios específicos como detrás de la puerta principal, en las escaleras del segundo nivel y la entrada de la basílica, así como en la parte trasera de los bloques M y N, cerca de la entrada principal del cementerio.
La absolución en el cargo de acceso carnal abusivo se dio en la segunda semana de noviembre de 2025, mientras que la condena por actos sexuales con menor de 14 años permanece pendiente de apelación. La investigación inicial abarcó ambos delitos, y se reveló que el acusado solía acercarse a la malla del colegio de la víctima, haciendo señales a las niñas para atraerlas, e incluso las contactaba por Facebook con propuestas de naturaleza sexual. Un testimonio clave provino de una compañera de la menor, quien relató la confesión directa de los abusos por parte de la víctima.
Detalles impactantes de los hechos y rol de la familia
En uno de los episodios en la basílica, la madre de la niña estuvo presente, sosteniendo la mano de su hija mientras ocurrían los abusos, lo que añade una capa de tragedia al caso. La defensa del condenado solicitó que el fallo no se viera influenciado por creencias religiosas, dada la ubicación en un templo sagrado, y abogó por una posible reducción de la pena, argumentando diversos factores atenuantes.
“Lamentables, no solo los abusos, sino los sitios donde ocurrieron”
Abogado de la víctima
Este fallo inicial resalta la importancia de las pruebas recolectadas por la Fiscalía en la lucha contra los abusos sexuales a menores, en un contexto donde los lugares religiosos y cementerios municipales, espacios de respeto y conmemoración en Chinchiná, se convirtieron en escenarios de estos lamentables hechos, dejando una huella profunda en la comunidad caldense.

















