En el estreno de La mansión de Luinny, la influencer colombiana Yina Calderón y la participante dominicana Chelsy Bautista protagonizaron el primer conflicto del reality. La discusión verbal ocurrida en el set de República Dominicana provocó la intervención inmediata de la producción y de los presentadores, y a partir de ese momento ambas quedaron clasificadas dentro de la categoría de supervivencia durante la primera semana, sin habitación ni cama, con la asignación de habitaciones a decidirse por balota. Este reporte llega desde La Veintitrés Manizales para dar cuenta de los hechos.
El enfrentamiento se dio justo al inicio del programa cuando Calderón y Bautista intercambiaron señalamientos y reproches ante las cámaras. En medio del tono tenso, la producción dejó claro que las reglas de convivencia serán estrictas para evitar cualquier episodio de violencia y que una agresión podría significar la expulsión inmediata. Este episodio marca la primera consecuencia visible de una dinámica internacional en la que participan competidores de varios países, distinguiéndose por la intervención temprana de la dirección para garantizar la seguridad de los concursantes.
Entre los antecedentes relevantes, se recuerda un reencuentro entre Yina Calderón y Karina García al inicio del formato, con Calderón habiendo ignorado a García al ingresar; Calderón aclaró que no quería mencionar diferencias directas con ella. Este trasfondo contextualiza el conflicto que se vivió en el estreno, reforzando la narrativa de un programa que busca evitar tensiones y mantener las normas de convivencia desde el primer episodio.
El inicio del programa marca un giro en la convivencia y las reglas
La versión internacional del formato, que reúne a participantes de distintos países, enfatiza que la intervención de la producción y de los presentadores es clave para mantener el orden desde el primer episodio y para recordar a los concursantes que las reglas de convivencia están por encima de cualquier disputa. En este marco, se reiteró que cualquier agresión dejará a quien la cometa en una situación de expulsión inmediata y que, para evitar distracciones, las dos involucradas pasarán la primera semana en la categoría de supervivencia sin habitación ni cama, con la asignación de cuartos por balotas.
«Dejo claro que seré la villana de la competencia» – Yina Calderón, influencer
«El carnaval es el 27 de febrero aquí en RD» – Chelsy Bautista, participante dominicana
«Yo no te he hecho nada a ti, entonces primero te coses la boca, porque yo no he dicho nada» – Yina Calderón, influencer
«yo no estoy hablando contigo, tú estás buscando chisme sola» – Yina Calderón, influencer
«Me estás atacando y yo no si quiera me sé tu nombre. Ella quiere pegarse a mí para tener foco y rating» – Yina Calderón, influencer
«Orden en la sala, hasta ahora estamos dándole la bienvenida al programa» – Luinny Corporán, presentador
«La regla aquí es que no existe violencia, nada de goles y se los dije a los participantes. Yo hablé con ellos y como sé que tienen varias personalidades, puede ser el que sea, del nivel que sea, intenta dar un golpe y automáticamente sabe que lo que le resta es ir a buscar su maleta. Aquí no se tolera el tema de la violencia» – Luinny Corporán, presentador
En resumen, este inicio no solo refleja un choque de egos, sino también la determinación de la producción por establecer un marco de convivencia claro desde el primer día. Las implicaciones para la dinámica del programa son significativas: sin habitación ni cama durante la primera semana, las participantes deberán afrontar el encierro y la convivencia bajo una vigilancia constante, lo que podría redefinir alianzas y estrategias para las próximas entregas.
















