El Congreso de Colombia cerrará este viernes el periodo legislativo de 2025 con notables retrocesos en la agenda impulsada por el presidente Gustavo Petro, dejando proyectos clave como la validación del Ministerio de Igualdad, la ley ordinaria de jurisdicción agraria y la Ley de Sometimiento pendientes para su debate en el primer semestre de 2026. Estas iniciativas, que deben pasar por las Comisiones Primeras del Senado y la Cámara, así como por las plenarias de ambas cámaras, enfrentan un contexto marcado por las elecciones legislativas del 8 de marzo de 2026 y la renovación del Congreso, lo que genera un clima de vigilancia política y fragmentación. La senadora Angélica Lozano y el Ministerio de Justicia han sido figuras relevantes en estos debates, mientras el Gobierno ha tenido que retirar la urgencia en diciembre para la Ley de Sometimiento tras ponencias divididas a favor y en contra en la Comisión Primera de la Cámara.
El Ministerio de Igualdad, cuya creación impacta a más de catorce poblaciones en situación de especial protección, requiere validación legislativa antes del 20 de junio de 2026, según fallo de la Corte Constitucional. Por su parte, la jurisdicción agraria ya aprobó su primer debate el 10 de diciembre de 2024 en las Comisiones Primeras conjuntas del Senado y la Cámara, pero ha sufrido retrasos, bloqueos y falta de cuórum en las plenarias posteriores, gracias a acuerdos entre el Gobierno y diversas bancadas. La Ley de Sometimiento, enmarcada en la política de Paz Total, también quedó en ponencias positivas en las últimas sesiones de 2025, a la espera de audiencias públicas y votaciones definitivas. Otros proyectos como la reforma de servicios públicos y la ley minera avanzaron parcialmente, contrastando con los tropiezos de la agenda petrista en un año de fragmentación legislativa.
Impacto en reforma rural, paz e igualdad
El cierre del periodo transitorio preelectoral deja en el aire reformas clave para la igualdad, la reforma rural y el control político, agravadas por la declaratoria de emergencia económica. Mientras algunos proyectos ajenos al Gobierno lograron avances, las iniciativas de Petro enfrentaron oposiciones que posponen su trámite hasta después de las elecciones, donde se definirá el nuevo mapa político en el Capitolio. La aprobación de ponencias positivas en comisiones y los debates en plenarias serán cruciales en 2026 para determinar si estos pilares de la agenda presidencial logran consolidarse o se diluyen en el nuevo escenario legislativo.
En resumen, el Congreso de 2025 culmina con un saldo mixto, donde la urgencia por la paz total y la igualdad queda relegada a un futuro incierto, influido por el pulso electoral y las dinámicas internas de Senado y Cámara.

















