Cuerpo de niña de 10 años hallado en río Frío de Cajicá 18 días tras desaparecer en colegio

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Valeria Afanador, una niña de 10 años con síndrome de Down, desapareció el 12 de agosto de 2025 durante una jornada escolar en el Gimnasio Campestre Los Laureles, en Cajicá, Cundinamarca. Su padre, Manuel Afanador, la dejó en el colegio a las 7:15 de la mañana, pero las últimas imágenes de las cámaras de seguridad la muestran a las 10:10 jugando y acercándose a unos arbustos cerca del río Frío. Dieciocho días después, su cuerpo sin vida fue hallado a solo 200 metros del colegio, en un punto que había sido previamente inspeccionado por un campesino. La Medicina Legal determinó que la causa de la muerte fue ahogamiento, aunque más de un año después el caso permanece sin resolverse, marcado por alegatos de negligencias y sospechas de homicidio por parte de la familia.

La alerta por la desaparición se activó después del mediodía de ese mismo día, lo que generó retrasos en la respuesta inicial. Durante dos semanas, socorristas, voluntarios y familiares recorrieron el río Frío y sus alrededores en una búsqueda desesperada. La familia de Valeria, integrada por su padre Manuel Afanador y su madre Luisa Cárdenas, ha denunciado fallos en los protocolos del colegio y demoras en la investigación, como el hecho de que la Fiscalía tardó más de 80 días en acceder a videos de redes sociales relacionados con el caso.

Denuncias de negligencia y amenazas a la familia

Manuel Afanador ha expresado su dolor con frases que resumen la tragedia: “Yo dejé a mi hija en el colegio y la recogí en una morgue”, y en otra ocasión afirmó: “Mi hija fue raptada del colegio”. La familia interpuso una tutela para acceder al expediente completo y se unió a otras víctimas de desapariciones en protestas frente a la Fiscalía, convirtiendo el caso en un símbolo de la lentitud en las investigaciones de niños desaparecidos en Colombia. Además, han recibido amenazas, lo que los obligó a cambiar de residencia, mientras que la Gobernación de Cundinamarca abrió una investigación administrativa al colegio, que por su parte niega cualquier fallo en sus protocolos o manipulación de evidencia.

“Yo dejé a mi hija en el colegio y la recogí en una morgue”

Manuel Afanador, padre de Valeria

Este caso resalta las fallas en la protección infantil y la respuesta institucional ante desapariciones, con la familia insistiendo en posibles irregularidades que van más allá de un accidente, en medio de un proceso judicial que aún no arroja respuestas claras después de más de un año.

“Mi hija fue raptada del colegio”

Manuel Afanador, padre de Valeria

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