En Medellín la polémica estalla cuando Daniel Quintero Calle, precandidato presidencial, acusa a Laura Gallego Solís, la señorita Antioquia 2025, de representar la “cultura narco” en la ciudad tras la difusión de videos controvertidos en su contra, y responde públicamente en la red X para condenar lo que considera un discurso violento que enturbia la escena regional y nacional.
El episodio desata una ola de reacciones en las redes, con apoyos y críticas que debaten el alcance de la retórica política en una campaña que ya se percibe bajo escrutinio. Tanto el Gobierno nacional como el propio Concurso Nacional de Belleza han rechazado el incidente y han hecho un llamado a evitar que las candidatas se involucren en debates políticos durante su periodo de representación. En un contexto más amplio, Quintero se prepara para participar en las elecciones presidenciales dentro del Frente Amplio tras renunciar a la consulta del Pacto Histórico, un detalle que añade tensión al debate público sobre el uso de la violencia verbal en la política. Las referencias históricas a Héctor Abad Gómez, Jesús María Valle, la masacre del Aro y la masacre de La Escombrera en Medellín enmarcan la conversación sobre memoria y violencia en la región y aportan un trasfondo sensible para Antioquia.
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La CNB emitió un pronunciamiento en el que rechaza pronunciamientos políticos por parte de las participantes y exhorta a todas las candidatas a abstenerse de involucrarse en debates o actividades de esta naturaleza mientras representen a sus municipios o departamentos. En el material difundido se observan videos en los que Laura Gallego aparece junto al abogado Abelardo de la Espriella durante una sesión de preguntas rápidas, y otro en el que interactúa junto a Santiago Botero, con la dinámica de respuestas que generó la atención de la opinión pública.
«Esta es Laura Gallego, representante de Antioquia en el Concurso Nacional de la ‘Belleza’. En sus palabras se esconde mucha de la cultura narco que he querido cambiar en Antioquia. Es la cultura que mató a Héctor Abad Gómez, a Jesús María Valle, que causó la masacre del Aro y que enterró a cientos de jóvenes en la escombrera» – Daniel Quintero Calle, precandidato presidencial
Del lado de Laura Gallego Solís, las declaraciones difundidas incluyen frases que generaron aún más controversia, entre ellas “Pero, al menos un cachazo a Petro” y “¿Bala para Petro o para Daniel Quintero?”, que encendieron el debate sobre la responsabilidad de las candidatas en el manejo de expresiones públicas. En respuesta, Santiago Botero respondió con un breve “A Quintero” que dejó flotando el tono de la discusión en las redes. El Concurso Nacional de Belleza reiteró su posición y afirmó que rechazaba cualquier pronunciamiento político por parte de las participantes, subrayando la abstención de involucrarse en debates de esa naturaleza durante su representación.
En síntesis, este episodio sitúa una discusión nacional sobre los límites entre libertad de expresión y discurso responsable, especialmente cuando se invoca la memoria histórica para justificar o atacar posturas políticas. La cobertura mediática y la conversación en redes resaltan que el tema de la cultura política en Antioquia, planteado en un marco de violencia histórica, seguirá siendo un punto focal para la opinión pública en Colombia.
















