En una noticia que sacude el ámbito de la reducción de daños por consumo de drogas en Colombia, Julián Quintero, director de la organización Échele Cabeza, fue denunciado por abuso sexual por la investigadora y activista Yarelix Estrada. La denuncia fue presentada ante las autoridades y difundida públicamente, según las declaraciones de Estrada. Los hechos se remontan al 25 de julio de 2025 y ocurrieron en la sede de Échele Cabeza, ubicada en Teusaquillo, Bogotá. Según la denuncia, tras compartir bebidas alcohólicas, Estrada perdió la conciencia y despertó en una habitación distinta, donde presuntamente ocurrió el abuso sexual y se suministró cocaína; la narración señala que no existió consentimiento ni capacidad de responder.
Estrada, descrita como investigadora y activista, comunicó la denuncia a través de declaraciones compartidas con Cambio, y la sede de Échele Cabeza se encuentra en Teusaquillo, Bogotá. Aunque la denuncia se hizo pública varios meses después del supuesto hecho, la fecha indicada en el documento es 25 de julio de 2025. Este caso llega en un momento en que los espacios dedicados a la reducción de daños enfrentan tensiones entre la confianza en sus líderes y la necesidad de entornos seguros para las personas que participan en estas iniciativas. La noticia podría impulsar una revisión de políticas y protocolos de seguridad en estas organizaciones y aumentar el escrutinio sobre dinámicas internas y liderazgos.
La denuncia cuestiona seguridad y liderazgo en iniciativas de reducción de daños
«Desperté en otra habitación con Julián Quintero tocándome abusivamente y dándome cocaína insistentemente en ese estado. No fue un malentendido. Yo estaba muy sedada por el alcohol. No había absolutamente ninguna posibilidad de consentimiento o capacidad de responder o defenderme» – Yarelix Estrada
«Mi denuncia es fundamental para mi seguridad y para la integridad de los espacios colectivos orientados a la reducción de daños por el consumo de drogas» – Yarelix Estrada
«Cuando por fin se lo mencioné, porque me costó mucho aceptar que ese abuso estaba siendo cometido por alguien a quien consideraba una de las personas más cercanas, lo minimizó y su respuesta también fue violenta» – Yarelix Estrada
En contexto, este caso se inscribe en la conversación sobre la seguridad y la integridad de espacios dedicados a la reducción de daños; la denuncia no solo señala un hecho individual sino que pone en tela de juicio las prácticas de liderazgo y las dinámicas internas de estas iniciativas. Si se confirma, podría provocar una revisión de políticas y protocolos de seguridad, así como un mayor escrutinio público sobre quienes ocupan posiciones de confianza dentro de estas organizaciones. La Veintitrés Manizales se mantiene atenta al desarrollo de la historia y a las respuestas de las autoridades y de Échele Cabeza, para presentar una cobertura responsable y contextualizada a su audiencia.

















