Desmantelan red de trata desde Pereira, Risaralda; al menos diez capturas y rescates en Bahréin

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Desde Manizales, La Veintitrés reporta una operación de alto nivel: autoridades colombianas desmantelaron una red internacional de trata de personas que operaba desde Pereira y enviaba mujeres a Bahréin con promesas falsas de trabajo para someterlas a explotación sexual, obligándolas a pagar una deuda de 10.000 dólares. La Policía Nacional, a través de la Dijín, confirmó que al menos diez personas vinculadas al entramado fueron capturadas y que varias víctimas fueron rescatadas en Bahréin. La investigación, en la que participaron autoridades de Bahréin y se contó con cooperación internacional, señala a Keila como la líder de la banda y a Claudia como víctima y testigo clave. Aunque no se especifica la fecha exacta del inicio de la operación, la acción culminó con un operativo que dejó detenciones y rescates, en un caso que ha conmocionado por su alcance y su impacto sobre migrantes vulnerables.

El modus operandi consistía en captar a mujeres jóvenes con promesas de empleo como modelos, bailarinas o anfitrionas en el Medio Oriente, para luego despojarles de sus pasaportes y imponerles una deuda de 10.000 dólares destinada a cubrir supuestos costos de viaje, alojamiento y alimentación. Una vez en Bahréin, las víctimas quedaban bajo vigilancia constante y eran obligadas a pagar la deuda mediante pagos diarios o rendimientos laborales, mientras recibían amenazas y, en ocasiones, violencia para asegurar su sometimiento. El itinerario se iniciaba en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, con destino final Bahréin, y se sabe que en Bahréin se alojaban, en hoteles, al menos 50 mujeres durante el tiempo de la explotación.

Claudia, una de las víctimas y testigo, describió la confusa secuencia del viaje: “Me hacen el check in, creo, algo así. Y ahí es donde yo en el aeropuerto me doy cuenta de que en ningún momento decía Dubái. Allí yo le escribo y ella me dice: ‘No, eso es cerca y cuando lleguemos a este destino nos vamos por tierra’”. En otro tramo de su testimonio, preguntada por su seguridad insistente, respondió: “¿Cómo te voy a ver si estaba muriendo?” Estas declaraciones, entre otras halladas en la investigación, revelan el grado de manipulación y miedo que ejercía la banda. Las amenazas que acompañaban la operación fueron descritas por fuentes oficiales y forman parte de las pruebas que llevaron a las detenciones, según consta en los informes. Nadie puede olvidar que la fijación de metas y castigos, junto con la retención de documentos, mantenía a las víctimas en un estado de vulnerabilidad extremo, bajo vigilancia constante durante meses.

Esta operación se enmarca en un contexto de antecedentes de trata de personas con fines de explotación sexual que afecta principalmente a mujeres migrantes, con especial incidencia en colombianas. La acción fue coordinada por la Dijín y contó con la cooperación de autoridades de Bahréin, lo que permitió la detención de al menos diez personas vinculadas a la red y el rescate de víctimas que permanecían en hoteles de Bahréin. El caso también señala la existencia de una líder venezolana entre los responsables y destaca la amplitud transnacional del delito, que utiliza deudas y promesas de empleo para mantener el control sobre las víctimas, además de la violencia y las amenazas para asegurar su sometimiento.

Entre los datos secundarios de la investigación se detalla que el reclutamiento apuntaba a empleos como modelos, bailarinas o anfitrionas en el Medio Oriente. El control sobre las víctimas se ejercía mediante la retención de pasaportes, deudas por viaje, alojamiento y alimentación, y pagos diarios que contribuían a amortizar la deuda impuesta. Las víctimas procedían no solo de Colombia, con casos reportados en Barranquilla, Santa Marta, Medellín, Pereira y Cali, sino también de México, Tailandia, Rusia y Venezuela. Los detalles operativos muestran un inicio de viaje en El Dorado con un destino final Bahréin, y la coordinación internacional que hizo posible que las víctimas fueran rescatadas y que judicialmente se pueda avanzar en el esclarecimiento de este delito.

El desarrollo de esta investigación evidenció la magnitud de la problemática y la necesidad de una acción coordinada para abordar redes transnacionales que trafican con mujeres migrantes y las someten con deudas y promesas falsas. En el veredicto preliminar, se destaca que al menos diez personas quedaron vinculadas a la red y que se logró el rescate de varias víctimas; además, se mencionó la existencia de una líder venezolana entre los responsables, lo que subraya el carácter internacional de la organización y la complejidad de desmantelar estos grupos. Este caso, seguido de cerca por La Veintitrés, subraya la urgencia de fortalecer la protección de migrantes y la cooperación entre naciones para impedir que estas redes se sostengan en la clandestinidad y continúen explotando a niñas y mujeres vulnerables.

«Amenazas que consistían en ponerles bombas a los lugares de residencia de la casa de las víctimas» – Uniformado de la Dijín

La autoridad policial y las autoridades de Bahréin reiteran que la investigación continúa, y que se mantendrá la cooperación para identificar y procesar a todos los responsables de este entramado. Este caso, que arrancó desde Pereira y tuvo su eco en Bahréin, deja claro que la trata de personas con fines de explotación sexual es una amenaza real que exige vigilancia constante, respuestas legales firmes y un esfuerzo conjunto para erradicarla de raíz.

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