Las autoridades colombianas, en una operación conjunta liderada por la Fiscalía, el CTI, el Gaula Militar y la Policía Nacional, desarticularon la red criminal conocida como «Los Valentinos» en Ipiales, municipio fronterizo con Ecuador en el departamento de Nariño. El coronel John Jairo Urrea, comandante del Departamento de Policía Nariño, anunció la judicialización de 16 presuntos integrantes de esta estructura dedicada al hurto de vehículos, extorsión con cobros millonarios para su devolución, secuestros cortos e intimidación. El operativo, culminado el 8 de febrero de este año tras meses de investigación, incluyó 13 allanamientos simultáneos en barrios de Ipiales, un corredor estratégico para el comercio y el transporte entre Colombia y Ecuador.
La red afectaba principalmente a comerciantes y transportadores, robando vehículos y exigiendo sumas millonarias a cambio de su regreso. En total, se judicializaron 16 personas, de las cuales 11 fueron detenidas mediante órdenes judiciales y cinco notificadas en penitenciarías donde ya se encontraban recluidas. Los delitos imputados incluyen concierto para delinquir agravado, extorsión agravada, secuestro simple, hurto calificado y agravado, porte ilegal de armas y uso ilegal de uniformes. Durante las capturas, se incautaron dos equipos portátiles, 17 celulares, dos revólveres calibre 38, una pistola traumática, munición, 30 millones de pesos en efectivo, seis motocicletas, un automóvil y un DVR. Los hurtos perpetrados por el grupo superaron los 1.000 millones de pesos en vehículos, objetos y dinero.
Modus operandi y roles definidos
Los miembros de «Los Valentinos» operaban con roles bien definidos: algunos ejecutaban los hurtos, otros custodiaban los vehículos robados y el resto contactaba a las víctimas para exigir rescates. Utilizaban suplantación de uniformes policiales, máscaras y falsas órdenes de allanamiento para intimidar. Los detenidos presentan antecedentes por hurto, porte ilegal de armas y extorsión, aunque ninguno ha aceptado los cargos. La evidencia recopilada incluye grabaciones y testimonios de víctimas, lo que llevó a medidas de aseguramiento carcelario para todos los implicados y al refuerzo de controles fronterizos en la zona.
«un golpe directo contra las estructuras criminales que venían afectando a la comunidad de Ipiales, reduciendo su capacidad para continuar realizando actividades delincuenciales como extorsiones, hurtos de vehículos y afectaciones a la población comerciante y transportadora»
Coronel John Jairo Urrea, comandante del Departamento de Policía Nariño
Esta desarticulación representa un alivio significativo para la comunidad de Ipiales, donde las actividades de la red habían generado zozobra entre los sectores comerciales y de transporte, fortaleciendo ahora la seguridad en esta vital frontera binacional.
