El abogado penalista Fabio Humar, representante de la familia De Bedout, reveló este jueves la presencia de talio en la sangre de Juan de Bedout y uno de sus hijos, quienes no tuvieron contacto con las frambuesas envenenadas que causaron la muerte de dos menores de la misma familia en abril pasado. Esta detección, confirmada mediante análisis clínicos, apunta a un envenenamiento previo y más extenso, en el marco de la investigación que lidera la Fiscalía General de la Nación contra la empresaria Zulma Guzmán Castro, principal sospechosa y objeto de una orden de captura internacional emitida por Interpol mediante una circular roja difundida en más de 180 países.
Las frambuesas tóxicas fueron entregadas a través de un servicio de mensajería a un edificio cercano al parque de la 93 en Bogotá, Colombia, y cuatro niñas de la familia las consumieron, resultando en el fallecimiento de dos de ellas por intoxicación con talio. La esposa de Juan de Bedout también presentó residuos del veneno, aunque su muerte se atribuyó a otra enfermedad. Autoridades de al menos tres países participan en la búsqueda de Guzmán Castro, quien ha sido rastreada en al menos cuatro naciones, incluyendo llamadas sospechosas desde Argentina. El móvil apuntado por la investigación es una posible venganza personal derivada de una relación extramatrimonial que Guzmán Castro mantenía con el padre de una de las menores.
La clave del domiciliario y el rastreo telefónico
El testimonio de un joven domiciliario resultó crucial para identificar el origen del paquete letal, vinculado a una oficina de servicios espirituales y mentalismo en el mencionado edificio bogotano. A partir de allí, el rastreo de llamadas llevó hasta el teléfono de Zulma Guzmán Castro, quien ha negado cualquier vínculo a través de terceros y un mensaje de WhatsApp. Humar destacó la importancia de estas evidencias en la pesquisa de varios meses, subrayando que el envenenamiento no se limitó al incidente de las frambuesas.
«Juan de Bedout y otro de sus hijos, que no tuvieron contacto con las frambuesas envenenadas, presentan rastro de talio en sangre. Lo que quiere decir que el envenenamiento viene desde mucho antes de estos hechos».
Fabio Humar, abogado penalista de la familia De Bedout
«El joven domiciliario fue clave para determinar de dónde había salido el domicilio de las frambuesas y quién lo contactó para la entrega. Él nos condujo al edificio que ustedes mencionaron, de donde recibe unas llamadas. Así se llegó al teléfono de la señora Zulma».
Fabio Humar, abogado penalista de la familia De Bedout
La cooperación internacional se antoja esencial para capturar a la prófuga, mientras la familia De Bedout exige justicia por las vidas truncadas y el impacto prolongado del talio en sus miembros. La Fiscalía continúa profundizando en las pruebas que podrían esclarecer este caso de envenenamiento premeditado.

















