Déficit habitacional en Colombia cambia de cuantitativo a cualitativo, afectando Bogotá y Cundinamarca

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Desde La Veintitrés Manizales informamos que el déficit habitacional en Colombia pasa de ser cuantitativo a cualitativo, dejando a miles de familias sin vivienda digna pese a señales de recuperación del sector, según un análisis conjunto de OBS Business School y Bbva Research que analiza el primer trimestre de 2025. El estudio, basado en datos de Dane, Camacol, el Informe Trimestral de Ciencuadras y del BID, sitúa la transición en un marco nacional con especial énfasis en Bogotá y Cundinamarca.

En este análisis se detallan indicadores que permiten entender la nueva faz del déficit: el ingreso medio mensual por persona se ubica en 1,1 millones de pesos y el tamaño promedio de los hogares en 2,9 integrantes, condiciones que inciden en la asequibilidad de la vivienda. Los precios de la vivienda nueva registraron un incremento de 3,46% en el primer trimestre de 2025, con desgloses de 4,92% para casas y 3,39% para apartamentos. Camacol proyecta para Bogotá y Cundinamarca 63.000 ventas en 2025, un 14% más que en 2024, y las ventas de vivienda nueva No VIS avanzan 47,5% en este año, en tanto que los lanzamientos de VIS caen 46,5%. La inversión total estimada alcanza 56,5 billones de pesos y se calculan unos 200.000 empleos directos e indirectos vinculados al sector. En la capital, la oferta de vivienda habría caído un 11% entre noviembre de 2023 y un año después, pasando de 44.000 unidades disponibles a 39.431. A nivel macro, Bbva mantiene una proyección de crecimiento para 2025 y 2026 de 9,0% y 11,5% respectivamente, mientras que 2024 dejó un déficit habitacional de Camacol de 26,8%, dentro del cual 6,8% corresponde a déficit cuantitativo. En el plano regional, América Latina enfrenta que el 45% de su población vive con algún tipo de déficit habitacional y la inversión necesaria equivale al 22% del PIB regional, según el BID.

La transición cualitativa y sus implicaciones regionales

El contexto que acompaña los números se enraíza en antecedentes claros: 2024 cerró con un déficit habitacional estimado por Camacol de 26,8% en Colombia, de los cuales 6,8% corresponde a déficit cuantitativo. Este año, la noticia adquiere relevancia por el incremento de precios (3,46% en el primer trimestre de 2025), la caída de la oferta en Bogotá y la dinámica divergente entre No VIS y VIS, que apunta a una redefinición de políticas públicas y subsidios para distintos grupos etarios. Todo esto se proyecta que tenga impacto directo en planes de urbanismo y en la forma en que se priorizan las viviendas, especialmente para población joven, familias de ingresos bajos y adultos mayores.

«El país enfrenta hoy un déficit más cualitativo que cuantitativo, asociado a viviendas con condiciones precarias o inadecuadas» – OBS Business School (informe)

En resumen, la revisión de estos indicadores dibuja una etapa en la que la demanda de No VIS crece, mientras que la oferta de VIS se contrae, y donde la vivienda deja de ser solamente un tema de cantidad para convertirse en un problema de calidad. Este giro, observado con atención en Bogotá y Cundinamarca, exige una revisión de subsidios, una reconfiguración de políticas de vivienda y una planificación urbanística que contemple las distintas fases de la vida de las personas, especialmente ante el envejecimiento poblacional y la necesidad de suelo urbanizable. La lectura regional e internacional aporta un marco de referencia sobre la magnitud del desafío y la urgencia de respuestas coordinadas entre sector público y privado para encauzar el déficit hacia soluciones que contemplen la dignidad de la vivienda y la estabilidad de las comunidades.

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