En la tarde del martes 23 de diciembre de 2025, el docente José Morales Altamar, de 46 años, perdió la vida en una trágica colisión frontal ocurrida en el kilómetro 43 de la vía Santa Marta-Barranquilla, en el sentido hacia Barranquilla, justo antes del peaje de Tasajera, entre Ciénaga en Magdalena y Barranquilla en el Atlántico. Morales Altamar, quien se desempeñaba como profesor de Tecnología e Informática en la Institución Educativa Técnica Juan José Nieto de Baranoa, Atlántico, conducía un Nissan Versa 2018 gris con placas ENM-583 cuando impactó de frente contra un camión 2003 verde con placas SKK-763, que transportaba ganado y era manejado por José Luis Gil Giraldo, de 30 años y residente en Morales, Bolívar. El choque provocó que el camión saliera de la calzada, dejando lesionados a la esposa del docente, Lilibeth Beltrán Navarro, y a sus tres hijos menores.
La esposa y los hijos de la víctima fueron trasladados de inmediato a un centro asistencial en Ciénaga, donde se reportan estables y bajo observación médica, mientras que el conductor del camión resultó ileso y colaboró plenamente con las autoridades. La atención inicial estuvo a cargo de la Policía de Tránsito y Transporte y la concesión Ruta Magdalena Sierra Mar, lo que generó un cierre temporal del tramo vial para los procedimientos judiciales y el restablecimiento posterior del tráfico. Las causas del accidente se encuentran bajo investigación, con posibles factores como exceso de velocidad, invasión de carril, fallas mecánicas o condiciones de la vía.
Condolencias y legado del educador
La Institución Educativa Técnica Juan José Nieto, la Secretaría de Educación del Atlántico y la Gobernación del Atlántico expresaron sus condolencias por la muerte del profesor Morales Altamar, destacando su destacada trayectoria en la formación de estudiantes en tecnología e informática. Este suceso refuerza el llamado a la precaución en materia de seguridad vial en uno de los corredores de mayor tráfico en la región Caribe colombiana.
El accidente subraya la importancia de extremar medidas preventivas en esta ruta estratégica, donde incidentes de esta magnitud afectan profundamente a familias y comunidades, dejando un vacío irreparable en el sector educativo del Atlántico.
