La Veintitrés Manizales informa que el magistrado Manuel Gaona Cruz, de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, recibió dos cartas amenazantes enviadas por el grupo Los Extraditables. Los mensajes contenían advertencias, referencias a una grabación y presión explícita sobre su ponencia en materia de extradición, en un contexto de hostigamiento que se desarrolló semanas antes de la toma del Palacio de Justicia durante las deliberaciones de la Corte.
Según la síntesis de la Comisión de la Verdad recogida por la Corte Suprema de Justicia hace quince años, las comunicaciones eran parte de una campaña de hostigamiento sistémico que acompañó a la Corte durante esas deliberaciones. En las cartas se señalaba un plazo de 90 días para la decisión y se adjuntaba una grabación para probar que estaban muy cerca, además de presentar una firma desordenada de un grupo identificado como “UARG”, compuesto por cuatro letras. Los remitentes aseguraban conocer los detalles de la demanda asignada y afirmaban que Gaona “desea que se siga extraditando nacionales hacia los Estados Unidos”. El tono de los mensajes era de intimidación, sin búsqueda de diálogo, y exigía que el veredicto fuera favorable a su causa; en los audios adjuntos también se mencionaban voces de familiares para intimidar.
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Desarrollo con información específica…
“Respetado” doctor: El tiempo es inexorable y usted sabe muy bien que el plazo que le fijamos está próximo a vencerse y todo parece señalar que no le interesa su seguridad personal y la integridad de su familia. Recuerde que no admitimos otra traición, ni vamos a tolerar que el grupo del Externado, esa mafia que usted dirige y orienta, salga a defender tesis diferente a la de la inconstitucionalidad del tratado” – Los Extraditables
La Comisión concluyó que estas comunicaciones formaron parte de una campaña de hostigamiento sistémico que acompañó a la Corte durante las deliberaciones sobre la extradición, y que su impacto se inscribe en un patrón de presión para influir en decisiones judiciales. Este hallazgo, recogido en el marco de los antecedentes históricos, contextualiza ahora las amenazas y las grabaciones como parte de un conjunto de presiones sobre Gaona Cruz semanas antes del asalto al Palacio de Justicia.
















