El imitador de Juan Gabriel, Eduardo Montero, estaría viviendo en la calle en el centro de Bogotá, cantando a capela en la zona de Plaza España y convirtiéndose en tema de debate tras la difusión de videos virales en redes sociales; no hay confirmación pública de su participación en el programa Yo me llamo.
Los antecedentes que rodean su figura indican que Montero habría pasado por las pantallas de Caracol Televisión y que existe la posibilidad de haber participado alguna vez en Yo me llamo, aunque hasta ahora no se ha hecho pública una verificación de esa participación. Los videos que circulan en plataformas como TikTok y otras redes muestran al imitador de Juan Gabriel en la Plaza España, un punto de encuentro en el centro de Bogotá entre vendedores ambulantes, comerciantes informales, transporte público y personas en situación de calle. En ese marco, se ha señalado que las grabaciones recientes no incorporan instrumentos ni pistas de audio, y que la interpretación se realiza a capela, en ocasiones con una pista de fondo que acompaña al canto de Montero.
No existen cifras oficiales disponibles sobre su situación actual, pero la historia toma fuerza por la viralidad de los clips y las palabras de testigos. El registro más citado sobre el clip relacionado data del 26 de octubre de 2019, cuando José Ariel Rivera Arciniegas publicó un video vinculando a Montero a esta historia. Fuentes de imágenes y videos atribuyen el material a Colprensa y a cuentas como @wilmarcespedes en TikTok, con crédito posterior a José Ariel Rivera en Facebook, lo que ha alimentado la conversación en distintos espacios de redes sociales.
La viralidad en redes y el pulso de la memoria musical
La difusión de estas imágenes ha despertado distintas lecturas entre observadores: algunos destacan la supuesta similitud vocal con Juan Gabriel, mientras otros expresan preocupación por el estado físico o mental de la persona, sin que exista claridad sobre algún diagnóstico o condición actual. En las grabaciones, el público a veces acompaña con una pista de fondo, pero la interpretación principal sigue siendo a capela, sin el soporte habitual de instrumentos o equipo profesional. Plaza España, descrita como un cruce de vendedores y tránsito, se convierte así en un escenario involuntario donde, por minutos, la música de un imitador de una figura icónica convive con el pulso diario de una ciudad que recientemente ha conocido la historia a través de redes sociales.
«El señor se llama Eduardo Montero canta muy lindo, lástima que cayó en esa vida. Estuvo en Yo me llamo» – La mujer que lo grabó
En síntesis, la historia de Eduardo Montero se mantiene en el terreno de la expectativa y la imaginación de la audiencia: sin verificación oficial sobre su paso por Yo me llamo y sin cifras que permitan dimensionar su estado actual, lo que persiste es la imagen de un artista que, a partir de la voz y la calle, ha inspirado preocupación, curiosidad y un importante eco en redes sociales, mientras algunos señalan su talento y otros cuestionan su salud física o emocional, sin que exista un diagnóstico público disponible que permita esclarecer el panorama.

















