En la noche del 6 de diciembre, durante el Órale Wey Fest en el Estadio El Campín de Bogotá, Eduin Caz, líder de Grupo Firme, protagonizó un momento de tensión al lanzar una botella de licor contra la pantalla del cronómetro que marcaba el límite del concierto, rompiéndola en un intento por prolongar el espectáculo ante miles de asistentes eufóricos. Segundos antes de que finalizara el tiempo establecido, Caz se acercó al dispositivo y arrojó la botella, declarando su deseo de no detener la fiesta, aunque los organizadores cortaron el sonido de manera abrupta.
El incidente, capturado en un video que acumuló miles de reacciones en redes sociales, desató opiniones divididas entre los fans, quienes celebraron la euforia del momento, y críticos que condenaron el acto como violento, contrastando con las defensas que argumentaron el corte prematuro del sonido por parte de los productores. Caz expresó su frustración al público bogotano con frases cargadas de emoción, reflejando el ambiente electrizante del evento masivo.
Declaraciones que encendieron la polémica
En medio de la adrenalina del concierto, Eduin Caz gritó al micrófono palabras que resumieron su resistencia al cierre: “Bogotá está triste porque ya se me acabó el tiempo” y “De aquí nos vamos hasta que amanezca Bogotá”, frases que se viralizaron junto al video del lanzamiento de la botella, avivando debates sobre la pasión desbordada en los shows en vivo.
“Bogotá está triste porque ya se me acabó el tiempo”
Eduin Caz, líder de Grupo Firme
El festival también fue escenario de otros disturbios, como una riña entre mujeres en la zona del público, registrada en videos virales que mostraron manotazos y jalones de cabello sin causas conocidas ni reportes de acciones oficiales por parte de las autoridades. Estos episodios han impulsado un amplio debate en redes sociales sobre la convivencia y la seguridad en eventos masivos, donde la euforia colectiva a veces deriva en desórdenes.
“De aquí nos vamos hasta que amanezca Bogotá”
Eduin Caz, líder de Grupo Firme
El Órale Wey Fest, con Grupo Firme como uno de sus platos fuertes, dejó una marca imborrable en Bogotá, entre la celebración de miles de seguidores y las lecciones sobre el control en espectáculos de gran envergadura, recordándonos la delgada línea entre la pasión y el exceso en la cultura del entretenimiento en vivo.

















