El Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó al Clan del Golfo, autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), como organización terrorista en la Lista Clinton gestionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), lo que genera incertidumbre sobre la continuidad de los diálogos de paz entre este grupo armado y el gobierno de Gustavo Petro. Los diálogos, que se desarrollan en Doha, Catar, han completado dos ciclos con dos acuerdos pactados, pero esta medida resalta la peligrosidad y el alcance global del Clan del Golfo, que cuenta con cerca de 9.000 integrantes y opera en al menos 28 países de cuatro continentes. Álvaro Jiménez, jefe negociador del Gobierno colombiano, afirmó que la decisión de continuar las negociaciones depende exclusivamente del presidente Petro.
Esta designación no es una sorpresa absoluta, ya que desde la llegada del presidente Donald Trump se había anunciado la posibilidad de clasificar varios grupos como organizaciones terroristas, y existían indicios de que otros podrían recibir esta categoría, aunque no necesariamente el Clan del Golfo, el grupo armado más numeroso de Colombia. Jiménez enfatizó que procesos de paz previos con las Farc y el ELN, ambos considerados terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea desde hace años, no impidieron los diálogos, y subrayó que es prematuro anticipar el impacto en el actual proceso.
Pronunciamiento del jefe negociador
Álvaro Jiménez explicó la delicada situación en la que quedan las conversaciones, señalando que el Gobierno ha avanzado pese a la latente designación terrorista que pendía desde la era Trump. «El presidente debe evaluar esta situación y cómo afecta su decisión de continuar con las negociaciones o no», declaró el jefe negociador, quien agregó que «desde el momento en que llegó el presidente Trump y anunció que varios grupos serían nombrados como organizaciones terroristas, esto era una posibilidad. Incluso había indicios de que Estados Unidos podía asignar esa categoría a otros grupos, aunque no a este. Era un proceso que venía desarrollándose».
“Las Farc en su momento, al igual que el ELN, son unas organizaciones consideradas terroristas tanto por la Unión Europea como por los Estados Unidos. Eso es desde hace varios años. Habrá que analizar los contextos, pero no es una novedad que el Estado colombiano adelante procesos de conversación con organizaciones que son designadas o indicadas como terroristas”
Álvaro Jiménez, jefe negociador del Gobierno
La inclusión en la Lista Clinton complica el panorama para un grupo que representa la mayor amenaza paramilitar en Colombia, pero el Gobierno insiste en que el contexto histórico de negociaciones con organizaciones similares permite mantener la esperanza, aunque todo queda supeditado a la evaluación presidencial. Fuentes como El Espectador y el propio Departamento del Tesoro confirman estos hechos, dejando abierta la puerta a un seguimiento sobre la decisión final de Petro respecto al futuro de estos diálogos en Doha.
