El 28 de diciembre se conmemora el Día de los Santos Inocentes, una fecha que recuerda la trágica matanza ordenada por Herodes I el Grande de todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores, un evento narrado en el Nuevo Testamento como respuesta al temor del rey ante el nacimiento del rey de los judíos anunciado por los Reyes Magos. Esta celebración litúrgica, que forma parte de la octava de Navidad, fusiona la solemnidad religiosa con tradiciones populares de bromas en países hispanohablantes, evocando tanto la inocencia perdida como el espíritu juguetón de las inocentadas.
La historia bíblica detalla cómo Herodes, al enterarse por los magos de la llegada de un nuevo rey, los engañó para que revelaran el lugar del nacimiento de Jesús en Belén, pero un ángel advirtió a los sabios en sueños que no regresaran al palacio herodiano, y también alertó a José para que huyera con María y el niño hacia Egipto, escapando así de la persecución. Furioso por el engaño, Herodes emitió la orden cruel que afectó a todos los varones menores de dos años en la región, marcando a estos niños como los primeros mártires cristianos.
Raíces bíblicas y evolución histórica
Este episodio, descrito en el Evangelio según San Mateo, tiene sus raíces en el Nuevo Testamento y fue instaurado como fiesta litúrgica en los siglos IV o V, reconociendo a los Santos Inocentes como los primeros testigos de la fe cristiana. Con el tiempo, en la Edad Media, se fusionó con la Fiesta de los Locos, una celebración del siglo XVI que incorporaba elementos festivos y satíricos, lo que explica la costumbre actual de gastar bromas el 28 de diciembre en naciones de habla hispana.
“Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de 2 años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado”
Evangelio según San Mateo
En esta fecha especial, los fieles elevan oraciones específicas que resaltan la inocencia de estos pequeños mártires, como la principal que reza: “Oh, Santos Inocentes, pequeños mártires que están en el Corazón del Padre y en el Amor inmenso de María, les rezamos: [texto completo en original]”, o la alternativa: “Señor Jesús, Tú, que fuiste perseguido desde tu nacimiento… Amén”. Estas plegarias invitan a reflexionar sobre la protección divina ante la violencia y celebran la memoria de aquellos niños en el contexto de la Navidad, recordando que la luz de Cristo triunfa sobre la oscuridad del mal.

















