Esteban Jaramillo Osorio
El Once Caldas se paseó por el Palogrande, implacable con Patriotas, rival sin clase.
Lo goleó y lo humilló, para liquidar la serie de la copa local, con amplitud.
Seis goles que dan un impulso anímico fundamental, para los duelos que se avecinan ante Pereira y Huracán en la liga y en la sudamericana.
Dominante, fue seguro y preciso con el balón como arma fundamental para justificar el holgado triunfo.
Su futbol de ataque efectivo como pocas veces, originó la goleada refrescante.
En esta versión futbolera, que lava la cara desde hace días, con goles de variados matices, infaltables dos de Dayro, el killer de sangre fría, con oportunismo en el área e inapelable desde el penalti.
El asunto pinta bien.
Hay juego. La nómina ya es equipo. Aunque esta vez con laterales improvisados y jugadores suplentes en varias de las líneas, en el primer tiempo. No tuvo compasión en el segundo cuando aparecieron algunos titulares. Maniató a su rival y recreo a la afición.
La indignación corrió por cuenta de la Tv oficial de WinSports. Tratamiento de tercera para el BLANCO.
Transmitió con una cámara, por Youtube, sin detalles principales, sin repeticiones, sin primeros planos, sin registro de las sustituciones. Como en los partidos de potrero o los decembrinos de los barrios.
Mientras en los canales tradicionales emitía en diferido partidos de escasa trascendencia.
El gol es la banda sonora del futbol y el Once lo interpretó a placer. Refrescante la acción de zapata como centro atacante alternativo, fórmula de el Arriero Herrera.
Las goleadas quedan en la memoria. Siempre serán celebradas.