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El Once Caldas: Lo dio todo, nada se guardo, pero…

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Esteban Jaramillo Osorio
 
El Once todo lo dio, nada se guardó. Terminó al límite. Lo que se vio, lo que tenía. Con fuerte e intensa relación con el público, que le reconoció el juego, su despliegue físico y la doble clasificación. Por eso su irrestricto apoyo.
 
Sin duda, ejes de la campaña Dayro, Mateo, Aguirre, Rojas, Cuesta, Alejandro y Zuleta, grata revelación en la recta final del torneo, como lo insinuó Palacios desde su demarcación de lateral ofensivo. 

Por supuesto, El Arriero Herrera con su trabajo de camerino, la motivación y el fortalecimiento del juego en equipo. El médico Vinasco, por la salud de su enfermería y M. Marín, por la labor de los porteros.
 
Los demás con altibajos, desentonaron. Por falta de oportunidades, por sus carencias físicas, por la fatiga de los dos torneos, por sanciones o por debilidad mental, ante las exigencias físicas y los dolores. Por un pellizco o un estornudo, algunos pedían camilla y el relevo. 
 
Llega la hora de la incertidumbre.  Ante las salidas de Rodas, El Ratón Quiñones, Dorrego, Álvarez, Contreras y Arteaga, no se ve claridad en sus relevos. 

Silencio entre los dirigentes, acostumbrados a los recaudos de taquillas, clasificación a copas y transacciones al exterior de sus jugadores, sin retribuir o reinvertir para fortalecer la nómina.
 
Hay que decirlo, sin temores. Con respeto.
 
Se buscan futbolistas de segundo rango, desvinculados y en libertad en otros clubes, sin costo en el mercado, con las consecuencias propias de la inactividad o la carencia de facultades.
 
 Un nueve se busca. Ninguno quiere llegar al Once mientras esté Dayro porque lo ven inamovible. En el radar un extranjero de un club colombiano recientemente eliminado.
 
Un diez, creativo. Vistos varios, con altos costos de transferencia. Un zurdo, un derecho, uno con gol, el otro sin él, uno que el entrenador conoce desde su anterior club y otro con renombre, dan vueltas por la cabeza de Herrera, pero todo siempre sujeto al restringido presupuesto.
 
Dos laterales izquierdos conversados, con la voluntad de vestirse de blanco, pero siempre el choque con el dinero disponible.
 

Otro atacante por la banda, se necesita. Dos en la agenda, uno de Millonarios y otro de Junior.
 
 Sombrío se ve el panorama, de persistir las restricciones financieras. La mínima inversión pone en aprietos la travesía de la Copa y conduce al conformismo en la Liga.
 
Sobre Jarlan Barrera. Al comienzo de temporada, el Arriero reprobó su llegada. No está en la libreta de sus apuntes, hasta ahora. Nunca ha figurado en sus planes. Esteban J.

Columna de opinión

Las opiniones expresadas en las columnas de opinión son de exclusiva responsabilidad de su respectivo autor y no representan la opinión editorial de La Veintitrés.

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