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Esteban Jaramillo Osorio
Fácil para Nacional que ganó a media máquina, sin desgastarse, sin sufrir el partido como ha ocurrido en otras ocasiones, para dominar al Once Caldas en juego y estadísticas, al que goleó sin reparos y sin atenuantes. Bien se vio «El verde»
El local fue un rival menor. Incapaz de “plantar cara” frente a la categoría del visitante. Por eso la derrota se asimiló entre el público sin amarguras, como un baño de realidad sin reproches, con la comprensión a las circunstancias porque, desde antes, eran limitadas las posibilidades de triunfo.
El Once jugó diezmado. Con un montaje de emergencia, frío e inexpresivo. Sin fichas claves de la nómina reciente. No estuvieron Cuesta, Barrios, Zuleta, Malagón, Alejo y Mateo García. Todos vitales en la estructura básica del equipo.
Sus reemplazantes no dieron “Pié con bola”, desaparecieron en el combate, acusando tantas y tan desesperantes carencias técnicas, que el partido, para el entrenador Herrera, en la búsqueda de soluciones se convirtió en un serio problema que no logró solucionar.
Aparatosos y en ocasiones rústicos, se vieron Zapata, Castaño, Palacios y Cardona. Limitados fueron sus recursos técnicos.
Para aumentar las desgracias de la noche, los fichajes no se destacaron porque algunos llegaron tarde y otros en lamentable forma física. Se Vio en Quiñones con algunas esporádicas muestras de su clase, pero pesado, diría gordo, dominado por la altura y los nervios.
Algo similar ocurrió con Luis Sánchez, con categoría en los pases filtrados, pero sin gravitar con autoridad en el juego colectivo.
Ambos intentaron el desequilibrio con paredes cortas, en tres cuartos de la cancha, pero en ese aspecto fue discontinua y esteril la labor.
James Aguirre volvió a brillar en los duelos personales, pero en uno de los goles el disparo de Morelo le dobló la mano. Y de Dayro, esta vez, el gol de penalti, pero en el desarrollo del juego, poco o nada aportó porque jugó en soledad lejos de la posibilidad de gol.
¿No habrá en las inferiores un marcador más solvente que Navarro?
Con velocidad los atacantes de Nacional encontraron por su sector un manjar apetitoso, que gustosos consumieron, lo que se repitió cuando fue relevado en su tarea por Luís Palacios, quien tenía la mente otra parte. Desubicado, torpe y sin frenos.
Nacional que tiene presencia, empaque y contenido, utilizó el balón con propiedad en todos los sectores, alejó del área los sustos, dominó el partido desde el juego, para prevalecer desde las individualidades y el colectivo. Se le ve trabajo y alinea buenos jugadores.
Entre empeños, promesas e ilusiones, no se aventuran los aficionados del Once Caldas a sacar rotundas conclusiones. Le faltan futbolistas que marquen diferencia.
Pero una cara distinta puede aflorar cuando jueguen los titulares. Es evidente la diferencia de los suplentes con ellos.
Tendrá que recurrir Herrera a su experiencia para ajustar piezas, aceitar la maquinaria con trabajo detallista, asimilar la crítica sin prevenciones y poner en estado ideal a los futbolistas fichados.
El Once, esta vez, no fue el mismo porque lució atrapado en su desdicha, por su pobre funcionamiento.
Esteban J.