Daniel Felipe Toro Rendón
Twitter @ToroDaniel_
El “león dormido” ha despertado, pero desde hace ya un mes lo hemos sentido rugir más fuerte, esto ha generado una alerta nacional con grandes repercusiones en el ámbito regional y local. Sin hacer erupción, el volcán Nevado del Ruíz se ha convertido en un temor latente en la población, no obstante, lo que muchos no avizoran es el impacto económico negativo que está causando en los pequeños y medianos empresarios de sectores como el turismo y la gastronomía.
El volcán no solo ha expulsado ceniza, sino ha miles de habitantes que por pánico y desinformación han preferido salvaguardar sus vidas y dejar en soledad una ciudad que los necesita para sobrevivir. Así mismo ha sucedido con las personas que de manera asidua visitaban Manizales para participar en actividades profesionales, académicas o de entretenimiento, el miedo convirtió a “la ciudad de las puertas abiertas” en un lugar al que nadie quiere entrar.
El problema no es menor. De acuerdo con datos publicados por COTELCO, durante el mes de abril se registró una ocupación hotelera de apenas 23%, cifra inferior a la de años anteriores y que sumada a los incrementos en los precios de los insumos, la alta inflación y la subida en las tasas de interés, genera un panorama triste y desolador para un municipio que hoy necesita con urgencia dinamizar su economía.
La historia que viven los operadores turísticos y agencias de viajes es angustiante, puesto que visitar el Parque Nacional Natural los Nevados era una de las mayores atracciones para los visitantes. Mes a mes recibíamos a miles y miles de turistas con deseos de estar más cerca de la nieve y la estrellas, además de disfrutar de paisajes y termales. Lamentablemente hoy todas las personas que vivían directa o indirectamente de la mística de nuestro nevado pasan por momentos angustiosos en medio de la soledad.
El sector gastronómico no se queda atrás. Debido a la difícil situación económica por la que atraviesan los colombianos, los restaurantes han tenido que valerse de su inventiva para formular estrategias que atraigan los clientes que aún quedan en la cuidad. En diálogo con empresarios del sector, nos han informado con preocupación que en muchos casos las ventas han bajado en más de un 50 % y el flujo de clientes no es el mismo de antes.
Mientras los manizaleños y las autoridades hacen un importante trabajo de prevención ante la posible erupción del volcán, comerciantes y empresarios viven el susto al lado de sus obligaciones como el arriendo, la nómina y el pago a proveedores. Los sismos del volcán algunas veces disminuyen, pero el costo de los insumos y herramientas para sus empresas siguen aumentando todos los días.
Las consecuencias a largo plazo resultan inciertas tanto a nivel económico como social, sin embargo, es fundamental que los gremios se unan para hacer un llamado a los entes territoriales y así buscar opciones en el marco de esta apremiante situación. No solo debemos prepararnos para la posible erupción del volcán, se necesita un trabajo urgente y mancomunado para apoyar a múltiples sectores de Manizales que ya se encuentran en alerta roja.