El Salvador: Bukele recurre a expulsión, detención y marco legal para frenar críticas

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Seguridad al alza y control institucional en El Salvador

En la actual gestión, la administración de Nayib Bukele registra una caída notable de la violencia y, al mismo tiempo, un incremento en la centralización de decisiones alrededor de la figura presidencial.

De acuerdo con el Instituto de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana (UCA), más del 80% de la población aprueba la labor gubernamental. Este índice contrasta con reportes sobre temor a expresar críticas y con señalamientos sobre el fortalecimiento de mecanismos que limitan la disidencia.

El clima para la prensa y las voces críticas se ve afectado por la reducción de espacios para el debate público y por la expulsión de operaciones de varios medios hacia el exterior, entre ellos El Faro. Activistas denuncian procedimientos legales que dificultan iniciativas contrarias al gobierno. Diversos analistas señalan un andamiaje normativo percibido como instrumento para frenar propuestas críticas.

“No voy a ceder ante la presión de quienes cuestionan mi enfoque; la seguridad de la gente es prioritaria”

Nayib Bukele, discurso difundido el 1 de junio.

En síntesis, El Salvador presenta una dualidad entre una sensación de orden en las calles y una erosión de libertades, en un contexto de alta aprobación pública que coexiste con el temor a expresar críticas y con medidas que afectan a la prensa y a la sociedad civil.

  • Datos clave: 80% de aprobación (según el Instituto de Opinión Pública de la UCA).
  • Medios independientes reportan traslado de operaciones al exterior, entre ellos El Faro.
  • Activistas advierten endurecimiento de marcos normativos para frenar iniciativas disidentes.

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