En la UPI La Rioja, en el centro de Bogotá, se registró este domingo 2 de noviembre un hecho que sacudió las dinámicas de convivencia en los espacios de atención vecinal. Indígenas emberá agredieron a gestores del diálogo cuando intentaban ingresar una canasta que contenía bebidas alcohólicas, un hecho que dejó constancia de la tensión entre la comunidad emberá y las autoridades de convivencia. Según testigos, estuvieron involucrados al menos tres funcionarios y dos emberá, un hombre y una mujer, en empujones de gran intensidad frente a la presencia de menores, entre ellos un bebé que fue llevado en brazos de una de las participantes. La negativa a permitir el ingreso de la canasta desató un episodio de descontrol, con varios protagonistas forcejeando con agentes de tránsito y de la policía que intentaban contener la situación, mientras algunos testigos mantuvieron la canasta como parte de un seguimiento improvisado de la escena.
Este suceso se inscribe en un marco de operativos de retorno y reubicación de la comunidad emberá hacia resguardos en Pueblo Rico, Risaralda, y Bagadó, Chocó, que ha dejado una presencia prolongada de familias emberá en la capital y ha aumentado la vigilancia institucional. Según un balance de la Alcaldía, más de 1.450 emberá regresaron a sus territorios entre el 8 y el 11 de septiembre. En el ámbito educativo, la Secretaría de Educación informó que no renovó el contrato de un dinamizador comunitario, lo que podría dejar a 13 niños emberá sin asistir al colegio, aunque reiteró que se mantienen servicios de transporte, alimentación y acompañamiento pedagógico e intercultural para los estudiantes emberá. En la discusión pública se ha planteado la necesidad de revisar los protocolos de actuación de la policía y de los gestores de convivencia, así como el uso de menores en procesos de convivencia en espacios de ciudad.
Contexto y repercusiones de la convivencia emberá
Entre las entidades involucradas figuran la Secretaría de Educación, la Consejería de Paz, Víctimas y Reconciliación, la Secretaría de Integración Social, la Personería Distrital y la Alcaldía de Bogotá, además de las propias comunidades emberá y la UPI La Florida, citada en el marco de liderazgo emberá. Este hecho evidencia, según analistas y actores institucionales, la complejidad de los procedimientos de retorno y reubicación, así como la necesidad de reforzar los mecanismos de convivencia y la protección de los derechos de los menores durante estos procesos.
«Por favor pare, tenga cuidado con el bebé porque también le está pegando» — Sin atribución
La noticia llega en un momento de tensiones persistentes y con el incremento de la vigilancia en La Rioja, que, junto a otros frentes de atención a comunidades indígenas en la ciudad, impulsa discusiones sobre el equilibrio entre seguridad, convivencia y derechos culturales. Las autoridades reiteran que se trabajará para evitar nuevos episodios de violencia en espacios de convivencia y para asegurar la continuidad educativa y el apoyo intercultural para los emberá que permanecen o retornan a sus territorios, con un enfoque integral que involucra a la Secretaría de Educación y a las entidades de paz, víctimas y reconciliación de la administración distrital.














															
															
															
															
															

