Por JUAN MANUEL GALÁN*
En el escenario global contemporáneo, pocos países han logrado una transformación tan impresionante y acelerada como los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Este conglomerado de siete emiratos ha emergido como un faro de desarrollo, innovación y prosperidad en medio del desierto, ofreciendo lecciones valiosas para naciones en desarrollo como Colombia.
El modelo de desarrollo de los EAU es digno de elogio. En unas pocas décadas, pasaron de ser una economía dependiente del petróleo a diversificar sus fuentes de ingresos mediante inversiones estratégicas en turismo, tecnología, comercio y, notablemente, en energías limpias. La visión de liderazgo, continuidad a largo plazo y la capacidad organizativa de los Emiratos han sido pilares fundamentales en esta transición. La creación de ciudades como Dubái y Abu Dabi, con infraestructuras futuristas y servicios de clase mundial, ha puesto a los EAU en el mapa como un centro neurálgico de negocios y turismo global.
Uno de los aspectos más destacados de los EAU es su inversión decidida en energías limpias. El país ha demostrado un compromiso inquebrantable por la regeneración ambiental y el cambio climático. Proyectos como el Parque Solar Mohammed bin Rashid Al Maktoum, uno de los más grandes del mundo, son testimonio de su dedicación a las energías renovables. Esta apuesta por un futuro sostenible no solo mejora la imagen de los Emiratos, sino que también les asegura una posición de liderazgo en la economía verde global.
En términos de seguridad, los EAU han establecido uno de los entornos más seguros y estables en la región, lo que atrae a inversores y expatriados de todo el mundo. La seguridad y estabilidad política son ingredientes clave para el desarrollo económico sostenido, y los Emiratos han sabido capitalizarlos con éxito.
Colombia, con su vasta biodiversidad y recursos naturales, y los EAU, con su experiencia en desarrollo y capital, tienen mucho que ofrecerse mutuamente. La bioeconomía, que se fundamenta en el uso regenerativo de recursos biológicos, una oportunidad donde ambos países pueden colaborar fructíferamente.
Colombia posee una de las mayores biodiversidades del planeta, con una riqueza natural que abarca desde la Amazonía hasta los Andes. Esta biodiversidad no solo es un tesoro ambiental, sino también una fuente inagotable de oportunidades para el desarrollo a través de inversión en investigación y desarrollo. Los EAU, con su experiencia en innovación y su capacidad de inversión, pueden jugar un papel crucial en el desarrollo de proyectos de bioeconomía en Colombia. Esto no solo beneficiaría a la economía colombiana, sino que también contribuiría a la conservación de su patrimonio natural.
Las oportunidades de cooperación entre los dos países son enormes. Inversiones en biotecnología, agricultura sostenible, ecoturismo y energías limpias son solo algunos de los campos donde los EAU pueden aportar su experiencia y recursos. Estas inversiones no solo impulsarían el crecimiento económico de Colombia, sino que también fomentarían un desarrollo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En conclusión, los Emiratos Árabes Unidos no solo representan un modelo de éxito y desarrollo, sino también un socio estratégico para Colombia en su camino hacia un futuro más verde y sostenible. La colaboración entre estos dos países puede ser la clave para desbloquear el potencial de la bioeconomía colombiana, beneficiando a ambos pueblos y contribuyendo al bienestar global.
*Director Nacional del Nuevo Liberalismo