En Kabul, una mujer de 35 años llamada Bahara acudió a un hospital con la intención de interrumpir su embarazo. El país, que volvió a estar bajo control talibán tras su toma de poder en agosto de 2021, mantiene leyes restrictivas sobre el aborto que pueden acarrear consecuencias penales.
Presión familiar y contexto social
La decisión se inscribe en un marco de tensiones económicas y de presión por parte de su esposo, desempleado, quien pidió que se buscara una salida para no agrandar la familia con una quinta hija.
«No podemos sostener a todas las niñas que dependen de nosotros. Si fuera niño, tal vez tendría acceso al colegio y podría trabajar.»
– Bahara
Expertos señalan que numerosos abortos clandestinos están ligados a la violencia basada en el género y a la precariedad económica. En un marco donde las niñas enfrentan exclusión educativa y limitaciones para acceder a empleos, la llegada de una niña puede verse como un costo adicional para las familias, lo que influye en decisiones reproductivas bajo presión.
Datos clave
- Edad de la persona afectada: 35 años
- Contexto familiar: Madre de cuatro hijas
- Ubicación: Kabul, Afganistán
- Evento político relevante: Retorno de los talibanes al poder en agosto de 2021
- Aspecto legal: El aborto permanece prohibido y puede conllevar sanciones penales
La información se sustenta en testimonios de la afectada y en el marco de la cobertura internacional sobre Afganistán.
















