Familiares de Pablo Escobar afirman una relación cercana entre el capo del cartel de Medellín y el grupo M-19, con presunta financiación y la entrega de la espada de Bolívar, hechos que se vinculan a la toma del Palacio de Justicia de 1985, ocurrida entre el 6 y el 7 de noviembre en Bogotá y que dejó más de cien víctimas entre rehenes, policías y combatientes.
Según los relatos, el soporte financiero provino de extorsiones y alianzas entre el M-19 y actores del crimen organizado, en un entramado que también incluyó la creación del MAS, Muerte a Secuestradores, para lograr la liberación de Marta Nieves Ochoa, hermana de los hermanos Ochoa vinculados al cártel. En ese marco, se habría producido un intercambio de la espada de Bolívar, regalo que, según las versiones, acabaría funcionando como símbolo de la operación y de la financiación del intento de toma del Palacio de Justicia. Entre las piezas del relato también figura la creencia de que la espada fue manipulada y devuelta décadas después, durante el proceso de paz que cerró en 1990.
Con el paso de los años, a cuarenta años de aquel episodio, persisten dudas sobre la intervención de Pablo Escobar y el grado de cercanía con el M-19; exmilitantes de esa guerrilla han negado en distintos momentos que Escobar financiara la toma. Otros elementos que emergen en la historia señalan que el M-19 fundó el MAS para liberar a Marta Nieves Ochoa, y que la espada de Bolívar llegó a tener un papel central en el intercambio entre las partes. Además, se mantiene el relato de que Juan Pablo Escobar, hijo del capo, señaló que la espada terminó alojada en sus juguetes durante su niñez, un detalle que se ha repetido en distintas memorias de la familia.
Contexto necesario
Antecedentes: el M-19 fue un grupo guerrillero que protagonizó crímenes graves y, en particular, la toma del Palacio de Justicia de 1985, que es el hecho central de esta historia. A 40 años de la toma, las dudas sobre la participación de Pablo Escobar en la financiación o en apoyos al M-19 persisten, y hay exmilitantes que niegan tal financiación. En paralelo, el MAS emergió como una iniciativa para liberar a Marta Nieves Ochoa, hermana de los hermanos Ochoa, socios de Escobar, y la espada de Bolívar habría sido entregada como un regalo entre las partes, para luego ser devuelta durante el proceso de paz que concluyó en 1990.
«El sujeto fue obligado a cavar su propia tumba, y lejos de intentar ser liberado, comenzó a cumplir con la petición rápidamente, afirmando que deseaba ser asesinado para no tener que contar nada sobre sus comandantes.» – Nicolás Escobar, sobrino de Pablo Escobar
«Los detalles que recuerdo de ese artefacto son vagos porque estaba rodeado de docenas de juguetes; así que guardé la espada en mi habitación en la hacienda Nápoles. Con la espada de Bolívar ocurrió lo único que podía pasar con un adolescente que recibe un regalo como ese: terminó refundida por ahí, en alguna finca o apartamento. Le perdí el rastro porque no me importaba» – Juan Pablo Escobar, hijo de Pablo Escobar
La historia, ahora revivida en el marco de las conmemoraciones, continúa dejando preguntas abiertas sobre la posible relación entre el narcotráfico y la política en aquel convulso período colombiano. Mientras unos sostienen que hubo alianzas para sostener operaciones extremas, otros señalan que las versiones familiares son parte de una memoria compleja que busca entender un pasado turbulento y violentísimo del país.
















