La contribución será destinada a la respuesta a emergencias en al menos 17 países durante 2026, en un contexto de crecientes necesidades y limitaciones financieras del sistema humanitario internacional.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) anunció la recepción de una contribución de 2.000 millones de dólares por parte de Estados Unidos para los fondos humanitarios de la ONU, destinados a atender emergencias en países priorizados para el próximo año.
El anuncio se realizó en Ginebra y fue confirmado por el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, quien indicó que los recursos serán fundamentales para la ejecución del plan de asistencia de 2026. Según explicó, el compromiso permitirá ofrecer ayuda vital a millones de personas en al menos 17 países afectados por crisis humanitarias.
La cifra representa una inyección significativa de recursos, aunque se enmarca en un escenario de recortes a la ayuda humanitaria iniciados en 2025. En años anteriores, Estados Unidos llegó a aportar cerca del 40 % del financiamiento global del sistema de socorro. Solo en 2024, el país norteamericano contribuyó con más de 14.000 millones de dólares a OCHA.
En este contexto, el subsecretario de Estado estadounidense para Asistencia Exterior, Jeremy Lewin, señaló que la administración del presidente Donald Trump considera que el sistema humanitario internacional había crecido de forma “insostenible”, con altos niveles de duplicación y burocracia, y que muchos donantes enfrentan limitaciones para sostener ese modelo.
Lewin también vinculó la acción humanitaria con los esfuerzos diplomáticos orientados a la resolución de conflictos, al indicar que la ayuda no puede desvincularse de la búsqueda de la paz en los territorios afectados.
Durante la rueda de prensa, el responsable humanitario de la ONU explicó que los fondos respaldan el plan humanitario de la organización para 2026, que tiene como objetivo llegar a 87 millones de personas con asistencia esencial, entre ella alimentos, atención sanitaria, acceso a agua potable y servicios de protección.
Asimismo, indicó que la contribución estadounidense se inscribe en el proceso de reformas conocido como “Reinicio Humanitario”, orientado a hacer más eficientes las operaciones, reducir la burocracia y focalizar los recursos en intervenciones de alto impacto.
En materia de rendición de cuentas, se destacó que se fortalecerán los mecanismos de seguimiento y transparencia para demostrar cómo se utilizan los recursos. Desde el Gobierno estadounidense se indicó que el nuevo esquema busca contar con mayor información sobre el uso de los fondos dentro del sistema de Naciones Unidas.
En relación con la selección de los países beneficiarios, OCHA explicó que trabaja con un sistema de “hiperpriorización” basado en la gravedad de las crisis humanitarias. Aunque no existe una coincidencia total entre las prioridades globales de la ONU y los 17 países definidos por Estados Unidos, la organización aseguró que la mayoría de las intervenciones financiadas se alinean con las necesidades más urgentes.
Finalmente, se reiteró que el plan humanitario de la ONU para 2026 requiere un total de 23.000 millones de dólares, por lo que se continúa convocando a otros donantes internacionales a contribuir. Países como los Emiratos Árabes Unidos ya han anunciado aportes adicionales, mientras que las necesidades humanitarias en distintos contextos, incluida Gaza, continúan siendo elevadas.
Pie de foto: Un bebé recibe atención médica en un centro de salud de Puerto Príncipe, Haití, en medio de la respuesta humanitaria internacional.

















