El proyecto de ley presentado por el Gobierno busca recaudar $26,3 billones, pero lo hará mediante medidas que encarecerán combustibles, bebidas alcohólicas, entretenimiento, cigarrillos y hasta servicios financieros.
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La reforma tributaria, que incluye 95 artículos, pretende aumentar la recaudación fiscal en $26,3 billones. Para lograrlo, propone ajustes en varios sectores: combustibles, bebidas alcohólicas, espectáculos, juegos de azar, iglesias, cigarrillos, tabaco y el sector financiero, entre otros.
Uno de los cambios más sensibles será el incremento en el precio de la gasolina y el diésel. Desde 2026, el IVA sobre estos combustibles subirá al 10% y en 2027 alcanzará el 19%, lo que podría incrementar el precio de la gasolina corriente hasta en $1.783 por galón y el diésel en $1.274. Este aumento impactará directamente en el transporte público y en el costo de los alimentos, pues la distribución depende de estos combustibles.
En cuanto a los licores, vinos y cervezas, la estructura del impuesto al consumo cambiará. Para la cerveza, el impuesto se calculará sobre el precio final al consumidor y no sobre el precio del detallista, lo que podría elevar su costo hasta en un 60%, afectando a un sector de consumo masivo. Además, las bebidas alcohólicas tendrán un IVA del 19% más un impuesto específico de mil pesos por grado alcohólico por litro. Parte de estos recursos se destinará a financiar la salud en los departamentos.
Los cigarrillos, tabaco y vapeadores también tendrán nuevos impuestos, con un componente fijo y otro variable sobre el precio al público, lo que encarecerá considerablemente estos productos.
El entretenimiento tampoco quedará exento. Las entradas para conciertos, partidos de fútbol, obras de teatro y otros espectáculos cuyo valor supere los $500.000 tendrán un IVA del 19%, lo que afectará a quienes frecuentan eventos masivos.
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Más impuestos para juegos, bancos e iglesias
Los juegos de azar en línea tendrán un IVA permanente del 19%, al igual que apuestas, bingos y tragamonedas. Se espera que estos gravámenes generen una recaudación de $1,6 billones, aunque el impuesto lo asuman inicialmente los operadores, es probable que este costo se traslade a los usuarios.
Los vehículos híbridos, que hasta ahora pagaban un IVA del 5%, pasarán a tributar con la tarifa general del 19%, encareciendo la compra de estos autos que se consideran más económicos y amigables con el medio ambiente.
La reforma también afecta al sistema financiero. Los bancos verán aumentada su tasa de impuesto de renta del 35% al 50%. Aunque la medida va dirigida al sector, expertos prevén que parte de este costo podría reflejarse en mayores tarifas y comisiones para los usuarios.
Por primera vez, el Gobierno propone que las iglesias paguen impuesto de renta sobre las actividades comerciales que realicen, considerando que estas entidades manejan patrimonios cercanos a los $19 billones.
En materia ambiental, el impuesto al carbono se duplicará progresivamente, pasando de aproximadamente US$5 a US$10 por tonelada de CO2 emitida, presionando al alza el precio de la gasolina y del ACPM junto con el IVA.
También se incluyen contribuciones especiales para entidades como el Invima y la Superintendencia de Servicios Públicos, destinadas a cubrir gastos operativos, en particular los relacionados con la empresa de energía Air-e.
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Impacto general
El proyecto busca equilibrar las finanzas públicas, pero implicará que los colombianos enfrenten precios más altos en transporte, bebidas alcohólicas, cigarrillos, entretenimiento y servicios bancarios. El consumidor común sentirá el mayor impacto en el precio de la gasolina, el transporte de alimentos, la cerveza y el acceso a eventos masivos.
Aunque el Gobierno sostiene que la reforma es necesaria para la sostenibilidad fiscal, gremios como Fenalco advierten que golpeará fuertemente a las familias y al comercio formal.