Exoficial de EE. UU. señala posibles elementos del Ejército colombiano para sacar a Petro

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Desde Manizales, para La Veintitrés, este despacho destaca que un exoficial de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Guillermo de Cueto, afirmó en una entrevista difundida por NTN 24 que podrían existir elementos del Ejército colombiano que promuevan sacar a Gustavo Petro del poder. El hecho cobra relevancia en un marco regional marcado por tensiones en la región Caribe y Pacífico, y se enmarca dentro de un discurso sobre la seguridad hemisférica y la supuesta cooperación Petro–Maduro en narcotráfico y otras actividades ilícitas transfronterizas.

De Cueto explicó que la visión que maneja Washington es de carácter gradual, con una estrategia de presión que no necesariamente busca una acción kinetic inmediata, sino una serie de despliegues y movimientos que buscarían aislar a responsables de la crisis venezolana y presionar a sus aliados. En su narración, se mencionan despliegues militares en la región y referencias a la frontera Colombo-venezolana, además de mencionar al grupo Tren de Aragua como parte de las dinámicas regionales que influyen en la seguridad transfronteriza. Asegura que estas consideraciones se sostienen en un marco de cooperación con fuerzas de la cúpula de Maduro, y que, en su lectura, podrían tener impacto sobre Petro a través de acciones que Washington interpretaría como necesarias para preservar lo que él describe como un entorno liberal y seguro en el hemisferio.

La región en el radar militar y la narrativa de una intervención gradual

El contexto aludido por el exfuncionario se ve reforzado por antecedentes recientes: la llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford al Caribe y los ejercicios conjuntos entre Estados Unidos y Trinidad y Tobago, citados como advertencia a Maduro y sus aliados. En la lectura de De Cueto, estas maniobras y despliegues se sitúan dentro de una estrategia de “gradualismo ascendente” que emplearía la potencia estadounidense para presionar a quienes, desde su punto de vista, podrían atentar contra la estabilidad regional. En este marco, se señala que el despliegue del Ford, acompañado por al menos ocho navíos militares y un número significativo de aviones y marines, representa una señal de alerta que podría extenderse a la región amazónica y caribeña, incluido el área de la frontera colombo-venezolana y su entorno, donde la seguridad se vincula con logísticas y redes criminales transfronterizas.

«Petro es un blanco, no los colombianos, obviamente, pero Petro es un blanco y yo considero que puede pasar algo en contra de Petro… es posible que haya elementos del Ejército de Colombia que promuevan sacar a Petro del poder» – Guillermo de Cueto, exoficial de Seguridad Nacional de Estados Unidos

«cuando yo me refiero a eso quiere decir que es posible que haya, Dios quiera que sea así, elementos dentro del ejército de Colombia que siempre han estado al lado de los Estados Unidos y de los países libres del hemisferio, que ayudasen o, o que promoviese el punto de vista práctico, operativo, eh, sa-sacar a Petro del poder (SIC)» – Guillermo de Cueto, exoficial de Seguridad Nacional de Estados Unidos

«No creo que vaya a incluir otro tipo de acción más kinética o más compleja, como sí creo que puede pasar en Venezuela» – Guillermo de Cueto, exoficial de Seguridad Nacional de Estados Unidos

Más allá de las declaraciones, los analistas señalan que Tren de Aragua figura como parte de las dinámicas regionales y que la estrategia de Estados Unidos busca presionar de manera indirecta a través de aliados regionales para aislar a aquellos responsables de la crisis venezolana. La idea central es que la presión sea sostenida y gradual, sin descartar la posibilidad de acciones coordinadas en la frontera y en las zonas de mayor influencia de grupos transnacionales en la región.

En este contexto, la noticia sobre las declaraciones de un exfuncionario estadounidense resuena por su potencial impacto en la dinámica de seguridad hemisférica y por las implicaciones políticas regionales. Aunque no se detallan fechas, acciones específicas ni mecanismos concretos, el testimonio alimenta un debate sobre la influencia de actores externos y la posibilidad de que la seguridad y la estabilidad regionales sean ajustadas mediante una combinación de presión militar, inteligencia y alianzas estratégicas entre Estados Unidos y sus socios en la región.

En resumen, este episodio coloca nuevamente a la región Caribe y Pacífico en el centro de un debate sobre seguridad y soberanía, donde la frontera colombo-venezolana, el papel de grupos transnacionales y la capacidad de Estados Unidos para aplicar una presión gradual pueden redefinir, según las estimaciones de sus analistas, la lectura de cualquier futuro cercano para Petro y para la estabilidad de los gobiernos en la región.

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