El exsenador Carlos Felipe Mejía, del Centro Democrático, afirmó en redes que hay «IMPUNIDAD TOTAL» 40 años después de la toma del Palacio de Justicia y señaló al presidente Gustavo Petro como uno de los autores intelectuales de los hechos ocurridos el 6 y 7 de noviembre de 1985 en Bogotá. Sus publicaciones, difundidas principalmente a través de la plataforma X, buscan cuestionar la narrativa oficial de la época y sostienen que persiste la impunidad sobre lo ocurrido.
Mejía sostiene que hubo coordinación entre el M-19 y Pablo Escobar, referencia que sostiene citando informes periodísticos y un artículo de El Espectador de 1992. En su relato mencionó también una decisión de un juez sin rostro y aludió a Belisario Betancur, ex presidente del país, quien falleció en 2018, como parte de la narrativa que, según él, condiciona la memoria histórica. Entre los nombres del M-19 que cita figuran Vera Grabe, Rosenberg Pabón, Otty Patiño, Marcos Chalita y Libardo Parra, este último fallecido. Mejía sostiene que más de 100 inocentes fueron asesinados durante la toma y que la condena de 31 años para la llamada “plana mayor” del grupo habría quedado consignada en esa revisión. Entre otros actores citados por Mejía figura José Jaime Uscátegui, dirigente del Centro Democrático.
Contexto histórico y reacciones políticas
El 40 aniversario de la toma del Palacio de Justicia reaviva el debate político en Colombia. Mientras Mejía dirige su denuncia hacia Petro, sectores de la derecha analizan la memoria del suceso a la luz de su legado y de las posturas de otros actores. En este marco, la conversación incluye referencias a la jurisprudencia de 1992 sobre la cúpula del M-19 y a las dinámicas de los operativos de retoma, conectando con el legado de distintas figuras vinculadas al periodo. La conmemoración ha captado la atención de quienes consideran que la narrativa oficial podría estar incompleta o sesgada, y ha provocado lecturas contrapuestas sobre la responsabilidad de actores políticos en ese episodio.
«¡Qué vergüenza! 40 años después de esta toma terrorista que dejó más de 100 inocentes asesinados, uno de los autores intelectuales es presidente de Colombia. IMPUNIDAD TOTAL!» – Carlos Felipe Mejía, exsenador, Centro Democrático
«Mientras Petro trata de cambiar la verdad sobre lo ocurrido hace 40 años, se revelan las aterradoras cartas donde Pablo Escobar amenaza al magistrado Manuel Gaona, asesinado brutalmente por el M-19 en la toma terrorista del Palacio de Justicia» – Carlos Felipe Mejía, exsenador, Centro Democrático
«Partida de mentirosos… jamás, no en mi vida armada, no en mi vida desarmada, he pronunciado tales palabras» – Gustavo Petro, presidente de Colombia
El presidente Gustavo Petro, por su parte, respondió desde Brasil, donde participa en la cumbre COP30, asegurando que nunca calificó aquella toma como una genialidad y calificando a sus críticos como mentirosos. La respuesta del mandatario busca contener la polémica y evitar que la discusión sobre el Palacio de Justicia se convierta en un eje de campaña o en un instrumento para la confrontación política.
En el plano histórico, este episodio se enmarca en antecedentes como la toma del Palacio de Justicia en 1985 por el M-19, los operativos de retoma y la jurisprudencia de 1992 sobre la cúpula del M-19. El diálogo contemporáneo, movido por la conmemoración de 40 años, incorpora referencias a figuras como Belisario Betancur, que murió en 2018, y a otros actores del M-19 identificados en la crónica de Mejía, además de la mención de periodistas y artículos de ese periodo, como el citado El Espectador y su relato de la época, que siguen alimentando la lectura de que existe una narrativa oficial sujeta a revisión. Este cruce entre memoria histórica y narrativa política reproduce tensiones entre la derecha, que defiende ciertos legados, y la perspectiva de Petro y sus aliados, en un debate que continúa activo en la arena pública.

















