La Fuerza Aérea Colombiana evacuó a dos civiles gravemente heridos por la explosión de una mina antipersonal en la zona rural de Anorí, Antioquia, y los trasladó a Medellín para recibir atención médica especializada en el Hospital Pablo Tobón Uribe, mediante un helicóptero denominado Ángel y en coordinación con el Ejército Nacional, demostrando la capacidad de respuesta interinstitucional ante un riesgo persistente en el territorio.
La operación se llevó a cabo desde la región afectada y tuvo como destino final el hospital de Medellín para la atención especializada. En el material disponible no se especificó la fecha de la evacuación. La acción, coordinada entre la FAC y el Ejército Nacional, subraya el compromiso de garantizar atención de emergencia a víctimas de minas antipersonal en zonas rurales y resalta la importancia de la cooperación entre las fuerzas para atender incidentes de este tipo.
El contexto necesario muestra que las minas antipersonal siguen afectando a la población rural y que, entre 2021 y 2025, su presencia se ha intensificado, extendiéndose el plazo para eliminarlas hasta 2030. Esta evacuación evidencia la coordinación interinstitucional frente al riesgo persistente y se señala que 499 municipios y departamentos han sido afectados, con Antioquia, Nariño, Meta, Norte de Santander y Caquetá concentrando la mayor cantidad de víctimas.
Coordinación y cifras de una problemática que persiste
Entre los datos secundarios, se confirma que dos civiles resultaron heridos: el primer afectado tiene 38 años y sufrió la amputación de su miembro inferior izquierdo; el segundo, de 22 años, presenta severas lesiones oculares. Ambos fueron trasladados al Hospital Pablo Tobón Uribe de Medellín a bordo del helicóptero Ángel, equipado para atención médica de emergencia.
Además, se indica que, entre 2021 y 2024, los artefactos de minas antipersonal y municiones sin explotar aumentaron diez veces, pasando de 1.069 a 11.498, y las personas en riesgo se duplicaron, alcanzando aproximadamente 607.000. Colombia figura entre los países con más víctimas desde 1990, con más de 12.600 afectados, incluidos civiles, menores y miembros de la fuerza pública. Las zonas más afectadas siguen siendo 499 municipios y departamentos, entre ellos Antioquia, Nariño, Meta, Norte de Santander y Caquetá. En 2023 se observó una reducción de víctimas, pero una duplicación de eventos con artefactos explosivos, y más de 14.700 personas desplazadas o confinadas.
«No hay declaraciones textuales en el material»
La evacuación de estos dos civiles gravemente heridos resalta la necesidad de mantener y fortalecer la capacidad de respuesta ante minas antipersonal y municiones sin detonar, especialmente en zonas rurales, para salvaguardar la vida de la población civil y apoyar la labor de las autoridades en la atención médica de emergencia y la seguridad ante este fenómeno de violencia latente.














															
															
															
															
															

