Una familia de Laura, respaldada por la Fundación Nueva Democracia, presentó una demanda contra la Fundación Valle del Lili en Cali para prohibir este tipo de intervenciones en menores y reclama una indemnización millonaria, al sostener diagnóstico erróneo y aplicación de tratamientos irreversibles durante el proceso de cambio de género de la menor. Laura, cuyo nombre completo no ha sido divulgado, inició en 2017, a los 15 años, un tratamiento que incluyó hormonas en 2017, seguido de bloqueadores de pubertad y una reanudación entre 2018 y mayo de 2020, con una cirugía de masculinización torácica ejecutada en enero de 2020. El origen de Laura está en Palmira y el caso se tramita en Cali, tras la remisión a la Fundación Valle del Lili por parte de especialistas externos.
La demanda, que ha sido presentada como la primera de este tipo en Colombia según la Fundación Nueva Democracia, sostiene que la clínica carecía de protocolos para menores con disforia de género y que se realizaron prácticas improvisadas, sin consentimiento informado adecuado ni un protocolo clínico sólido para menores. Se detalla que la atención se dio tras una remisión de especialistas externos y que el tratamiento hormonal de testosterona se mantuvo de 2017 a 2020, con un periodo de tratamiento reanudado entre 2018 y mayo de 2020 y una cirugía de masculinización del pecho en 2020, todo ello en la ciudad de Cali, pese a que la joven es originaria de Palmira y sufrió abusos en la infancia.
Debate público y marco legal en Colombia
El expediente también concentra la atención en el contexto de un debate ético y jurídico sobre las intervenciones de cambio de género en menores, la revisión de los protocolos y el consentimiento informado. La demanda subraya que, en su criterio, el tratamiento de Laura se realizó sin protocolos definidos para menores y sin experiencia suficiente en disforia de género en esa franja de edad, lo que habría derivado en intervenciones irreversibles. Por su parte, Valle del Lili respondió señalando que no puede divulgar información clínica sin consentimiento y aseguró que todas las intervenciones se sustentan en evidencia científica y cuentan con los consentimientos informados; afirmó además que, a la fecha, no ha recibido reclamaciones formales.
«Yo crecí con miedo a ser mujer. Después del abuso, me volví más cerrada. Cuando empecé a desarrollarme, empecé a esconderme en ropas oscuras con miedo a que volviera a pasar. Sin embargo, no tuve sentimientos de sentirme hombre», relató Laura al medio.
Laura, la joven demandante
«Si te incomoda el periodo, si te gusta usar jeans más que faldas, si no usas maquillaje. Decían que todo eso eran motivos para hacerte un hombre trans», explicó Laura.
Laura, la joven demandante
«Decidió usar bloqueadores de pubertad después del uso de hormonas cruzadas, lo cual no responde a ningún protocolo reconocido por la comunidad médica», afirmó Contreras.
Pedro Daniel Contreras, abogado
«los médicos convencieron a Laura de realizarse una ‘masculinización del pecho’, cirugía plástica con efectos irreversibles» – crédito Demanda (texto literal de la sentencia en la demanda)
Demanda
«A la fecha, la institución no ha recibido ninguna reclamación o manifestación formal por parte del paciente o de las personas involucradas. En caso de que se reciba algún requerimiento formal, será atendido conforme a los procedimientos legales y éticos establecidos. Asimismo, informa que todas las intervenciones y procedimientos realizados en la institución se sustentan en la evidencia científica y cuentan con los respectivos consentimientos informados» – Fundación Valle del Lili
Fundación Valle del Lili, vocera
En resumen, el caso de Laura, una joven que inició su proceso a los 15 años en 2017 y que fue sometida a tratamiento hormonal, bloqueadores de pubertad y una cirugía en 2020, ha puesto sobre la mesa una discusión de gran alcance en la sociedad colombiana sobre consentimiento informado, protocolos clínicos para menores y el manejo de la disforia de género en edades sensibles. Si bien la demanda solicita una indemnización millonaria y busca prohibir este tipo de intervenciones en menores, también aviva un debate sobre la necesidad de estándares estrictos, supervisión ética y evaluación clínica exhaustiva antes de cualquier intervención irreversible en menores de edad.

















