La Veintitrés Manizales cubre una escena clave para la economía colombiana: Fedesarrollo advierte que fijar el salario mínimo para 2025 en 1,8 millones de pesos, lo que implica un incremento de 10,8%, podría generar presiones inflacionarias y afectar a pequeños comercios y consumidores, mientras el presidente Gustavo Petro sostiene que la tasa de interés real del Banco de la República no ha sido reducida y propone herramientas para impulsar la economía. En la mesa de debate figuran el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien ha mencionado la posibilidad de un salario mínimo de ese monto, y el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, quien analiza posibles efectos en precios y márgenes de los comercios minoristas.
Las proyecciones económicas señalan que la discusión llega en un momento en que Bancolombia advierte posibles impactos inflacionarios si el incremento supera ciertos umbrales. Si el salario mínimo llegara a 1,56 millones sin auxilio de transporte, la inflación podría situarse en 4,34% al finalizar 2026; si sube a 1,58 millones, equivalente a un incremento del 11% sin auxilio, la inflación podría ubicarse en 4,41% para ese mismo año. Mientras tanto, ya se registra un incremento previo del salario mínimo para 2025 de 9,54%, y en los últimos cuatro meses la inflación se ha mantenido por encima del 5% en Colombia.
El choque entre salario mínimo, inflación y política monetaria
En este marco, el Gobierno propone fijar el salario mínimo en 1,8 millones de pesos para 2025, y Fedesarrollo advierte que ese nivel podría presionar los precios y los márgenes de los pequeños comercios. Petro sostiene que la política monetaria actual limita el crecimiento y el empleo por la ausencia de una reducción de la tasa de interés real y plantea tres frentes para mitigar los efectos negativos: incrementar el consumo real, aplicar aranceles inteligentes para impulsar empleo y abrir crédito desde el Estado para la actividad económica de la economía popular, agraria y manufacturera.
«El Banco de la República no ha reducido la tasa de interés real como solicitó el Gobierno» – Gustavo Petro, Presidente de Colombia
«Esto ya se observa este año. Por ejemplo, un pequeño comerciante que maneja márgenes operativos del 2%, quizá del 3% como máximo. Si el salario mínimo sube 11%, que representa el principal componente del costo operativo, ese comerciante se ve forzado a trasladar ese incremento salarial al consumidor final a través de precios más elevados» – Luis Fernando Mejía, Director de Fedesarrollo
«La tasa de interés real no ha sido rebajada por el Banco de la República, como se le pidió desde el Gobierno. Esa actitud desactiva el crecimiento económico y el empleo» – Gustavo Petro, Presidente de Colombia
«1. Incremento del consumo de los hogares, por tanto mayores ingresos reales 2. Aranceles inteligentes para impulsar empleo 3. Crédito desde el Estado para la actividad económica de la economía popular agraria, agroindustrial y manufacturera» – Gustavo Petro, Presidente de Colombia
«La inflación en el país se mantiene por encima del 5% durante los últimos cuatro meses» – Luis Fernando Mejía, Director de Fedesarrollo
En este contexto, el análisis conjunto de Fedesarrollo, el Gobierno y entidades del sistema financiero revela una tensión entre la necesidad de estimular el consumo y la preocupación por mantener la inflación bajo control. Las proyecciones de Bancolombia agregan un umbral relevante para las metas de inflación y exigen, a juicio de analistas, respuestas públicas que contemplen tres frentes de acción: estímulo al consumo real, políticas arancelarias que fomenten la industria nacional y mecanismos de crédito estatal para dinamizar la economía popular y rural. La discusión continúa en un escenario de declaraciones públicas y debates en redes sociales, con el objetivo de armonizar el salario mínimo, la inflación y la reactivación económica en Colombia.

















