En una decisión que marca un giro en la gestión de la comunicación del Gobierno de Gustavo Petro, Germán Trejo no será contratado tras permanecer en un periodo de prueba y enfrentar acusaciones de estafas en otros países. La Casa de Nariño ordenó finalizar su asesoría en el área de comunicaciones y retiró su acceso al Sistema de Administración de Mensajes Institucionales (SAMI). La medida, comunicada en los últimos días, subraya la cautela que adopta la administración ante posibles vinculaciones problemáticas de sus asesores.
Trejo había sido designado para liderar la comunicación política del Gobierno, pero no ingresó formalmente a funciones. Según la versión oficial, Petro decidió no incorporar al experto y dejó claro que Trejo ya no tiene acceso al SAMI. La decisión llega en medio de denuncias de presuntas estafas y cuestionamientos sobre su trayectoria profesional, lo que provocó malestar en equipos de prensa y dudas sobre la viabilidad de su asesoría. En el marco de la polémica, se mencionan antecedentes y testimonios de actores de distintas regiones, y se recuerda que el acceso institucional fue revocado para evitar desbordes de gestión de mensajes. Además, se apunta a una inversión solicitada de 30.000 dólares en febrero de 2022 vinculada a proyectos como Petromigrante, lo que añade una capa de escrutinio sobre su trayectoria y las gestiones de recaudación de fondos asociadas a su nombre.
El tablero de la decisión y las voces que rodean al caso
La información oficial especifica que, pese a la designación anterior, la decisión de no ingresar al cargo fue tomada tras una evaluación previa a la contratación; la intervención en el SAMI y la retirada de permisos forman parte de un giro de gestión para evitar conflictos. Entre los datos relevantes figura que Trejo habría propuesto inversiones y documentación respaldatoria obtenida mediante cartas firmadas por funcionarios para respaldar proyectos en relación con Petromigrante y Gasolineras para el Bienestar. En este contexto, las declaraciones de los involucrados y de terceros con conocimiento directo del tema alimentan las dudas sobre la viabilidad de su participación en la estructura de comunicación institucional.
«No sé, yo no manejo ese tema, pero tengo entendido que finalmente él nunca entró» – Armando Benedetti, ministro del Interior
«Bueno, puede ser que estaba en, en días de prueba o previo a la contratación, pero no entró» – Armando Benedetti, ministro del Interior
«No, yo no he dicho que no pasó la prueba, estoy diciendo que no entró» – Armando Benedetti, ministro del Interior
«No, yo no he dicho que no pasó la prueba, estoy diciendo que no entró» – Armando Benedetti, ministro del Interior
«Soy una de las tantas víctimas de Germán Trejo, un estafador que se hace pasar por consultor político y recaudador de fondos» – Wanda Perilla, periodista colombiana
«Ese dinero que él sacó nunca se vio, yo era la cara del proyecto ante la gente con la que estábamos trabajando. Él vino a Chile dos días, recogió el dinero y nunca más volvió» – María Corina Roldán, consultora venezolana
La conversación y las declaraciones apuntan a una crisis de confianza que trasciende fronteras, con testimonios directos de exclientes y denunciantes en México, Venezuela y otros países. En este marco, la noticia de la no incorporación de Trejo tiene como efecto inmediato iniciar un proceso de revisión de la gestión de la comunicación institucional y de los criterios para la contratación de asesores externos, sobre todo en un momento de alta exposición mediática para el Gobierno y ante la necesidad de evitar vinculaciones que afecten la credibilidad de las políticas públicas.
















