En un paso clave hacia la consolidación de los diálogos de paz, el gobierno colombiano y el Clan del Golfo, conocido también como Ejército Gaitanista de Colombia, formalizaron este 5 de diciembre en Doha, Catar, dos protocolos fundamentales: el de Comunicaciones y el de Seguimiento, Monitoreo y Verificación de compromisos. La ceremonia contó con la participación de Luis Armando Pérez Castañeda, jefe político del Clan del Golfo, y Álvaro Jiménez, jefe negociador del gobierno colombiano, en el marco del Espacio de Conversación Socio-jurídico, respaldado por un mecanismo tripartito y el soporte estatal a la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA (Mapp/OEA).
Estos acuerdos buscan reforzar la transparencia y la coordinación en el proceso de paz, con avances ya registrados en la verificación de aspectos humanitarios, sociales y de seguridad en zonas priorizadas, así como en acciones piloto y la Zona Única de Transformación (ZUT). El Estado garantiza un soporte financiero, técnico y logístico integral para respaldar estos esfuerzos, que incluyen informes bimestrales elaborados por una organización internacional para dar seguimiento riguroso al cumplimiento de los compromisos asumidos previamente en Doha.
Principios y mecanismos para una comunicación efectiva
El Protocolo de Comunicaciones establece reglas claras para declaraciones conjuntas, guiadas por principios como la buena fe, la confianza pública, la veracidad, la precisión, la corresponsabilidad, el enfoque en derechos humanos y diversidad, la neutralidad electoral, la no estigmatización, la transparencia y la confidencialidad. Este instrumento regula actividades como comunicados oficiales, publicaciones en redes sociales, imágenes, ruedas de prensa y contenidos web, con enlaces específicos por mesa de trabajo, todo ello para informar oportunamente, prevenir incidentes y verificar el cumplimiento mediante el mecanismo tripartito.
Por su parte, el Protocolo de Seguimiento, Monitoreo y Verificación fortalece la ejecución de los pactos, asegurando que el proceso avance con rigor y confianza mutua. Esta formalización representa un hito en los diálogos, al priorizar la corresponsabilidad y la verificación independiente, con miras a generar impactos positivos en las regiones afectadas por el conflicto.
