Por: FABIO BECERRA RUIZ
Corrían los años 60, cuando el visionario periodista ya desaparecido Jorge Yarce, fundó la muy conocida agencia Colprensa, hoy día una de las mejores agencias de noticias de Colombia, y su primera determinación fue llamar a dirigirla al curtido y excelente periodista paisa Orlando Cadavid Correa (q.e.p.d), quien a su vez tuvo la inteligente decisión de integrar una excelente nómina de colaboradores entre los cuales reunió la juventud y la veteranía, equipo periodístico que empezó a prestar servicios informativos oportunos, actualizados, y objetivos, a los principales diarios, revistas y emisoras del país.
En la nómina de selectos colaboradores de esa nueva agencia de noticias, Cadavid Correa incluyó al entonces joven y talentoso periodista Guillermo Romero Salamanca, a quien encomendó la tarea de cubrir diversas fuentes, entre ellas la del movimiento artístico nacional e internacional, en la que poco a poco fue especializándose, hasta convertirse en el más importante comentarista del espectáculo en Colombia, cuyas crónicas reproducían periódicos de todo el país y algunos del exterior, al punto que las empresas disqueras, los diarios y revistas nacionales, las emisoras y usuarios del servicio de Colprensa en Colombia, exigían ampliación de la información que Romero Salamanca producía y despachaba con celeridad, por el acceso que tenía a sus amistades personales, que a la vez eran sus “fuentes confidenciales”, y que incluían a los entonces grandes cantantes de moda, como Claudia de Colombia, Oscar Golden, Lida Zamora, Mariluz, Harold Orozco, Eliana, Vicky Kenny Pacheco, Marcel de Colombia, a las actrices y galanes del incipiente cine y la televisión de Colombia como el colombo-argentino Julio Cesar Luna, quien después de ser por muchos años el galán más famoso de Colombia, se consagró como un gran director y productor de teatro y TV y sigue aún vigente con proyectos como libretista y gestor social a través de su fundación “Volando con Luna”, además de María Eugenia Dávila, Humberto Arango, María Eugenia Penagos, actual Presidenta del Circulo Colombiano de Actores -CICA-, entidad desde la cual ha apoyado a los actores y actrices en dificultades, ha fomentado el arte y la cultura en Colombia, y sigue siendo la gran actriz que el país conoció condecorada por su labor por el propio congreso de Colombia.
Y en el campo internacional fué Guillermo Romero Salamanca no solo el periodista más buscado y consentido de las grandes figuras de la canción hispana, sino el amigo personal de grandes personalidades como Raphael de España, Vicente Fernández de México, Roberto Carlos de Brasil, Antonio Aguilar y su esposa Flor Silvestre de México, y muchos otras celebridades, de quienes fué su invitado personal y especial a sus lujosas casas, a sus hermosos ranchos, y a sus espectaculares conciertos, recorriendo el mundo al lado de esos famosos, en una vida de luces, emoción y actividad profesional, que reflejaba con acierto en amenas e interesantes crónicas de viaje, que eran el deleite de los lectores de revistas y periódicos del país, pero lo que pocos conocen de éste excelente periodista y de lo que personalmente puedo dar fé porque lo acompañé en algunas ocasiones, es de su excelente e incomparable calidad humana y su acendrado sentido de humanidad, de desprendimiento, y de solidaridad con los desposeídos, pues desde hace muchos años, ha dedicado gran parte de su tiempo que transcurre en el diario ajetreo de su muy leído portal www.pantallazosnoticias.com, y sus esfuerzos al recorrer desde hace largos años, las zonas más desprotegidas y deprimidas de Ciudad Bolívar en Bogotá al sur de la ciudad, visitando sitios a donde en muchísimos casos no entra ni la policía, y que con acompañamiento permanente de lideres conocidos del sector, y con su propio esfuerzo callado y silencioso, ha logrado conseguir la donación de ladrillos, tejas, tanques de agua, baldosas, servicio de volquetas para transportar toda clase de materiales, que le obsequian las empresas fabricantes de artículos para la construcción, conocedoras de su esfuerzo y solidaridad con los necesitados, elementos los cuales como uno más de la comunidad, y en algunos casos acompañado de ocasionales amigos o voluntarios, ha logrado efectuar el arreglo de tugurios, de intransitables vías y caminos, de modestos ranchos de lata carentes de elementales servicios, realiza repartición de ayudas con ropa usada, bicicletas usadas, sillas, y ayudas de todo tipo como medicamentos, atención profesional con abogados etc.
Estos callados, modestos, y y ejemplares colombianos, como el periodista Guillermo Romero Salamanca a quien admiramos su labor silenciosa los pocos que conocemos su dedicada labor social en Ciudad Bolívar, similar a la que también cumplen personajes como el periodista Guillermo González Restrepo en Fusagasugá con su aporte al arte, la música, y la cultura, Norberto Patarroyo López, desde su portal «El Muro» y muchos años en su ejercicio profesional ayudando desde la Jefatura de Prensa del Hospital Simón Bolívar a los necesitados, Gustavo Gómez desde Caracol 6AM con ayuda desinteresada a los desvalidos, y como el aplaudido Julio Sánchez Cristo con su labor social a través de «Soluciones W», todos ellos quienes sin hacer ningún alarde de sus silenciosas actividades en favor de los pobres y las clases humildes, representan el país noble y generoso, y son colombianos con un increíble sentido de humanidad y conscientes que da satisfacción ayudar a los desvalidos, por lo cual son merecedores de todos los homenajes, reconocimientos, y ayudas, lo que modestamente también hago yo en ésta ocasión, exaltando la hermosa labor social de Guillermo Romero Salamanca, lo cual me es grato hacer aprovechando la generosidad de mi viejo y buen amigo Rubén Darío Mejia, quien se ha propuesto reenviar a diversos medios de Colombia y el exterior éste modesto escrito, para enaltecer la calidad humana de éste colombiano que es Guillermo Romero Salamanca, ejemplo vivo de periodista serio, objetivo, y solidario con los pobres, con los destechados, y los desposeídos de esa deprimida zona de Bogotá, pues en esa juventud, y en esa abandonada niñez, también está el futuro de Colombia.
( Vía Reporteros Asociados del Mundo)