Hakimi se lesionó el tobillo izquierdo tras entrada de Luis Díaz Marulanda en PSG-Bayern, París

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En París, la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions League se llevó una noticia que avanzó como una ola por las portadas deportivas: Achraf Hakimi sufrió una lesión en el tobillo izquierdo tras una dura entrada de Luis Díaz Marulanda durante el encuentro entre PSG y Bayern Múnich, disputado el 4 de noviembre de 2025 en el Parque de los Príncipes. El partido terminó con victoria del Bayern por 2-1, y Hakimi abandonó el campo entre lágrimas tras recibir atención médica durante varios minutos, siendo sustituido poco después de la acción que desencadenó toda la atención mediática.

Hakimi es un lateral clave del PSG, vigente campeón de la Champions League, y su ausencia alimentó la conversación sobre el estado físico de una plantilla que vive bajo la lupa en cada encuentro de alto voltaje. Las imágenes que circularon en redes mostraron el tobillo izquierdo visiblemente inflamado, y la jugada se convirtió en el centro de debate entre aficionados y especialistas, que analizaron no solo la severidad de la lesión sino también su impacto en el equipo de Luis Enrique en una competición tan exigente como la europea.

La jugada que marcó la noche y las lecturas de la prensa

La acción tuvo lugar poco antes del descanso de la primera mitad, cuando un contragolpe del Bayern desembocó en una entrada contundente de Luis Díaz Marulanda sobre Hakimi. La revisión médica se prolongó durante varios minutos, y el defensa parisino dejó el campo llorando, un signo inequívoco de la magnitud emocional del momento. El encuentro, cargado de intensidad, dejó al PSG con una derrota que se entiende no solo por el marcador, sino por el contexto de la situación física de uno de sus protagonistas más determinantes. La cobertura mediática internacional fue rápida y variada: L’Équipe describió la primera parte como dolorosa para el PSG, mientras Mundo Deportivo destacó, con cierta ironía, que Hakimi celebraba su 27.º cumpleaños el día de la jornada.

«Lo de Achraf es el fútbol. Es un deporte de contacto. Es una lástima. Es complicado para los jugadores. Son acciones que son así. Me acuerdo de la lesión de Musiala. Es mala suerte. Mañana (miércoles) será el día con el doctor» – Luis Enrique, entrenador del PSG

Vincent Kompany, entrenador del Bayern, apuntó que la acción no fue intencional y que en ese momento ni el propio entrenador ni el árbitro pudieron verla con claridad a la velocidad a la que ocurrió. Añadió que defiende los intereses de su equipo y expresó el deseo de que la lesión de Hakimi no sea grave, subrayando la realidad de que la intensidad de estos duelos puede dejar secuelas importantes en el desarrollo de la competición.

Con antecedentes que sitúan a Hakimi como un pilar del PSG y con el marco histórico de un club que busca sostener su estatus entre los grandes de Europa, la noticia adquiere dimensiones que trascienden el propio partido. La prensa deportiva registró el incidente no solo como una jugada aislada, sino como un episodio que podría marcar el rumbo de la campaña para el conjunto parisino, que ya contaba con tareas pendientes y una mirada puesta en las fases siguientes de la competición.

En el análisis posterior, L’Équipe reforzó la visión de un primer tiempo dominado por el dolor para el PSG, y Mundo Deportivo añadió el detalle de que el atacante colombiano celebraba ese día su cumpleaños, un condimento que convirtió la pérdida de Hakimi en una noticia todavía más comentada en la retina de los aficionados y de los analistas que siguen de cerca el devenir de Luis Enrique y su plantilla.

La lesión de Hakimi abre una ventana de incertidumbre sobre el alcance real de la dolencia y, por extensión, sobre la estructura táctica del PSG en los próximos encuentros de la competencia. A falta de parte médico oficial, la conversación pública se centra en la necesidad de proteger a jugadores clave en choques de alta intensidad, así como en la responsabilidad de los árbitros y de los cuerpos técnicos para gestionar estas situaciones sin desdibujar la esencia competitiva de la Champions.

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